Como también ruboriza comprobar como la hipocresía política invade el escenario en este asunto, mientras los grandes partidos viven hace meses en clave interna de partido con tanto congreso y tanta pelea interna.
No obstante hay que darse cuenta de un hecho objetivo: ni en la Malaya ni en la Astapa, se enorgullecen los del PP-A, han resultado imputados miembros de este partido. (Fuera de esas dos operaciones, sí tiene el PP varios ediles empapelados, en Alhaurín por no irnos de Málaga)
El PSOE-A fue capaz en la Malaya se sacudirse las pulgas con habilidad proclamando que la Junta había denunciado los desmanes del gilismo más de cuatrocientas veces ante los tribunales. Pelota para los jueces que, la Junta por cierto, debe dotar de material humano y técnico para que funcionen con mayor rapidez y salir del marasmo en el que se encuentran nuestros juzgados. Muy poco desgaste supuso para el PSOE que su ultima candidata en Marbella, Isabel Garcia Marcos, resultara cogida con las manos en la masa de las comisiones ilegales y pernoctando en Alhaurín. Como tampoco le desgastará que su hombre fuerte en la Gestora de Marbella, Rafael Duarte, haya finalmente acabado enredado entre los alambres judiciales esteponeros.
Como en Marbella, pero distinto
Cuando el PSOE se opuso a que se celebrasen tras la Malaya nuevas elecciones municipales en Marbella, se le pudo entender porque faltaba poco para nueva llamada a las urnas y porque el juez Torres dilataba una inacabable instrucción que va quedando meses despues, por cierto, en agua de borrajas. Muchos entendimos entonces que una consulta electoral en Marbella, en plena operación Malaya, hubiese resultado una irresponsabilidad política. Pero en Estepona, con circunstancias distintas, no se entiende. No se comprende el miedo socialista a llamar a las urnas a los esteponeros y preguntarles quién quiere que gobierne su municipio, alejado de corrupciones, hipotecas y trinconeos. Faltan tres años para que se celebren elecciones locales y un municipio como el de Estepona no puede permanecer instalado en la provisionalidad. Máxime cuando en la caja no queda un Euro y el pago de las nóminas de los funcionarios peligra más que nunca. (Como en otros municipios andaluces por lo demás)
Esa es otra. Aquí, durante años, unos cuantos han estado ganando millones a espuertas con la especulación del ladrillo y la obra publica, con el amparo del poder, y esos cuantos modernos potentados hoy solo saben ordenar Expedientes de Regulación de Empleo en sus empresas. ¿Dónde esta el dinero ganado? ¿En Linchestein amparado en opacas cuentas al Fisco español? Ya veremos ya, cuantos andaluces del olimpo empresarial aparecen en esas listas que investiga la Audiencia Nacional.
Mientras tanto Estepona y casi la Costa del Sol entera se halla sumida en una gran crisis que no viene de ahora. Si a la crisis económica le añadimos la política, empezamos a bordear al caos. Y eso es lo que pasará en Estepona, donde parece más urgente que nunca la convocatoria de nuevas elecciones municipales una vez clarificada la corrupción bajo en mandato de Antonio Barrientos. El PSOE-A no puede, por razones estrictamente partidistas, oponerse a unas elecciones que los esteponeros empiezan a pedir en manifestaciones por la calle. Además si al PSOE le preocupa perder, en Marbella ganó el PP con Titi Muñoz y, por lo que cuentan los socialistas en la Junta, están encantados con ella y con su sentido de la responsabilidad como alcaldesa. Que no se equivoquen más ¡Elecciones en Estepona, ya!
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