Demetrio Perez ha perdido, cierto, pero ha sabido perder y hacer de tripas corazón cuando proclamaba en los pasillos del propio congreso que el PSOE de Sevilla salía más unido que nunca del debate ¿de ideas?. Demetrio es joven y tiene recorrido en política, sobre todo porque no es uno de esos dirigentes socialistas sectarios y se le nota.
El abandono de Emilio Carrillo de la corriente representada el alcalde, olió a chamusquina. Fue algo así como lo de Maria San Gil a Rajoy. Una puntilla con doble cuchilla: se le iba el amigo y uno de sus mejores hombres en el gobierno de la ciudad. Un tipo con nivel y nada sectario. Con una tercera hendidura a medio y largo plazo: con ese salto, Emilio Carrillo, se convertía de facto en el candidato del "vierismo" en 2011.
Tras comprobar la dureza y el desprecio al disidente con la que actúa el nuevo PSOE-A, adquieren especial relevancia las palabras del victorioso secretario general Viera, anunciando que le iban a prestar más atención a la capital, o sea al Ayuntamiento de Sevilla.
Tiembla Alfredo, te tienen rodeado. Su posible candidatura al Parlamento Europeo es cada día que pasa, a la vista de cómo ha quedado del patio socialista sevillano, una posibilidad más certera. (Por cierto, la llegada de Carrillo a la alcaldía durante dos años no es una buena noticia para Juan Ignacio Zoido).
Así están las cosas en el gobierno de Sevilla porque el PSOE lo ha querido. El aplastante resultado obtenido por Viera lleva implícito un vistoso voto de castigo al alcalde de Sevilla. Por cierto, parece que el PP no se ha dado cuenta todavía que tiene ante sí al alcalde con menos apoyo político de la historia contemporánea de Sevilla.
1 comentario:
Las aguas comienzan pronto a removerse. Creí que sería septiembre, pero ya en la mañana de hoy lunes, desde el escalafón de directores generales (antes directores de área) del Ayuntamiento de Sevilla se han podido ver movimientos de papeles... o lo que es lo mismo, a más de uno le han dicho que comience a recoger la mesa.
En la Encarnación la gente de Celis está nerviosa.
Saludos, Pepe
HASON
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