martes, 24 de marzo de 2015

ANDALUCIA VOTÓ: ALGUNAS CLAVES DEL 22M


"Es más, la foto de la vicepresidenta en Almeria, flanqueada por el presidente provincial del PP Gabriel Amat y Francisco Gongora alcalde de El Ejido, ambos imputados por la Justicia, fue algo así como el icono gráfico de la soberbia que proyectó el lema que para el PP hay imputados de primera - los del PSOE- y de segunda, los propios".
Foto: Europa Press


El electorado andaluz ha votado y parece que lo ha hecho con inteligencia o al menos demostrando que sabía exactamente lo que quería. Quien mantenga que, una vez más, ha funcionado el voto subsidiado o cautivo no estará diciendo toda la verdad. Los andaluces han querido que siga gobernando la izquierda, liderada por el PSOE, pero no le ha dado la mayoría absoluta para que haga y deshaga a su capricho como hasta ahora y durante 33 años. Los electores le han puesto controles a su izquierda y a su derecha, de tal forma que, a partir de esta décima Legislatura, Andalucía deja de ser un cortijo manejado exclusivamente por la hegemonía de un solo partido.
Vista la historia política reciente de Andalucia, cualquiera de las llaves parlamentarias surgidas del 22M - Podemos o Ciudadanos- se cuidará muy mucho de no cumplir con el mandato de las urnas en favor de la transparencia, contra la corrupción y, desde luego, acabar con el clientelismo y el descontrol de los fondos públicos que aún existe en las administraciones públicas en la región.
Los datos que arroja la jornada electoral de este pasado domingo son elocuentes y merece  la pena profundizar en ellos.
Andalucía votó por la izquierda este domingo 22 de marzo. Casi un millón de electores - exactamente 839.824- separan en el nuevo Parlamento de Andalucía las candidaturas de izquierdas con las de centroderecha. Sumando el número de votos obtenido por PSOE, Podemos e Izquierda Unida alcanzan un total de 2.272.980 papeletas, frente  a 1.433.156 que han obtenido entre el PP y Ciudadanos. Traducido en escaños la izquierda obtiene 67 frente a los 42 del centro derecha. La mayoría está en los 55.
Los partidos tradicionales más importantes y que ya habían concurrido a anteriores elecciones autonómicas - ¿la casta?-  han perdido la confianza de un total de 878.808 electores respecto al respaldo recibido hace tres años. Así el PSOE perdió 118.881, el PP 506.665, IU 164.445, UPyD 52.754 y el PA 36.063 votos.
Sin embargo, con un 3,16% menos de abstención respecto a 2012 - 39,22 frente a un 36,06-,
los nuevos partidos emergentes y que por vez primera concurrían a las autonómicas andaluzas, han logrado un total  de 977.016 votos : Podemos: 590.011, Ciudadanos 368.988 y Vox 18.017.


Susana reforzada

Susana Díaz, en solitario, casi sin siglas y casi sin la ayuda de Pedro Sánchez y Ferraz, ha sido capaz de mantener los 47 escaños que ya obtuvo el PSOE en 2012 con Pepe Griñán de candidato. Los grandes casos de corrupción parece que no han influido demasiado en la decisión del electorado. Los electores más bien han premiado “que otra política es posible” frente al austericidio de la derecha, personalizado en Mariano Rajoy y su política económica.
El PSOE ha ganado en todas las provincias andaluzas, excepto en Almería tal y como sucedió hace tres años. Allí Susana Díaz tiene un grave problema interno en el partido donde no reina precisamente la unidad que ella considera fundamental, frente a una derecha dura, investigada por corrupción, que ha perdido miles de sufragios con el paracaidista Javier Arenas de número cuatro. 
Los resultados del 22M le van a permitir a Susana Diaz gobernar en solitario aunque en minoría, fiscalizada por su derecha y por su izquierda, de tal forma que en estas elecciones al PSOE se le ha situado, paradójicamente, en el centro del escenario político. No habrá pactos de gobierno como hasta ahora, pero se da por seguro el apoyo discreto y sistemático de Ciudadanos con cuyo cabeza de cartel, Juan Marín, el PSOE ya gobierna Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) desde hace ocho años.
A muchos que sostenían lo contrario ya deben tener claro que Susana Díaz no se marcha a Madrid, pese a que estas elecciones se las ha ganado a Rajoy y no a Moreno Bonilla. Otra cosa es que su autoridad en Ferraz haya aumentado considerablemente, pese a que Pedro Sánchez intente capitalizar con cierto descaro este resultado en favor de las siglas del partido y, por tanto, a su dirección. La tensión, no obstante, va a continuar y desde luego Susana Diaz intentará influir, si hay primarias para la Moncloa, para que alguien que no sea Sánchez acceda a la nominación. Llegado el caso el nombre de Carme Chacón no conviene olvidarlo.


El PP paga la crísis

La caravana del PP, con Rajoy y sus ministros arropando al improvisado candidato del dedazo, Juanma Moreno Bonilla, han provocado el hundimiento sin paliativos de la derecha política andaluza, devolviéndola casi a los tiempos de Gabino Puche. El electorado ha castigado más la política de brutales recortes del PP y los efectos catastróficos de su Reforma Laboral que sus escándalos de corrupción, que también. De forma especial los que han chirriado con estridencia en plena campaña, amén de que el PP no ha hecho ascos para llevar en sus listas a personas imputadas judicialmente. Es más, la foto de la vicepresidenta en Almeria, flanqueada por el presidente provincial del PP Gabriel Amat y Francisco Gongora alcalde de El Ejido, ambos imputados por la Justicia, fue algo así como el icono gráfico de la soberbia que proyectó el lema que para el PP hay imputados de primera - los del PSOE- y de segunda, los propios.
A Moreno Bonilla, que fue nombrado a dedo por Rajoy líder y candidato del PP andaluz a propuesta de Arenas y Soraya  y en contra de la opinión de Maria Dolores Cospedal, le ha faltado un año de liderazgo del partido y una semana más de campaña para quedar algo mejor que el torero Cagancho en Almagro.
El PP, que perdió tiempo y energías concentrando toda su artillería en atacar a Podemos pasando por Venezuela, se dio cuenta tarde de la irrupción de Ciudadanos, al que atacó finalmente de forma despiadada dando por hecho el futuro bisagrista de la formación y, lo más grotesco, permitiendo que el Delegado del Gobierno de Rajoy en la comunidad, Antonio Sanz, se permitiera un exabrupto de catalanofobia que no se recordaba en Andalucía desde que el andalucismo de Rojas Marcos presentó candidatura al Parlament de Catalunya hace décadas con el PSA.
Todo eso y, además, prometer un millón de puestos de trabajo -si ganaba el PP- por parte de quien, alguna responsabilidad debe tener en que Andalucia esté por encima del 34% de paro. Una promesa que a muchos les sonó a tomadura de pelo del Sr Presidente del Gobierno.
Moreno Bonilla, pese a los resultados, no ha pensado en dimitir. Quedan las municipales donde el PP controla los grandes ayuntamientos de las ciudades más importantes de la comunidad. Perder las municipales supondría, desde luego, un nuevo relevo en el liderazgo del PP andaluz y vuelta a empezar.

IU, marcada por Podemos

Se hunde Izquierda Unida, víctima de su error táctico y estratégico de haber pactado y gobernado  tres años con el PSOE. El conocido como “abrazo del oso”, tal y como ya le sucediera en dos legislaturas al PA de Rojas-Marcos y Antonio Ortega, les ha pasado factura en beneficio de Podemos. Para colmo, los esfuerzos de Antonio Maillo por desmarcarse de Podemos, se fueron al traste en el último minuto con el discurso final de Julio Anguita en Málaga, planteado la unidad de acción con el partido de Iglesias y renegando del PSOE.
Pero no solo el abrazo socialista durante tres años ha sido decisivo en el derrumbe de la coalición, también ha influido el hecho de no haber sabido - o podido- desmarcarse de Podemos, de tal manera que los electores de izquierda han preferido lo bueno por conocer. La vieja guardia del PC andaluz no acaba de ver la nueva linea que proyecta un Alberto Garzón que, como otros líderes estatales, se ha prodigado y mucho junto a Maillo en esta campaña.


Podemos, éxito pero menos

Indudable éxito de Podemos con 15 escaños, pero no se han cumplido las expectativas generadas por las encuestas en los últimos meses. Una candidata sin carisma, Teresa Rodriguez, la improvisación más que evidente de las candidaturas, la falta de estructura organizativa y la ausencia de un programa con medidas concretas y convenientemente explicadas, han sido claves determinantes para que la formación de Pablo Iglesias no lograse el zarpazo de los veinte escaños que acariciaban y que les hubiese permitido “un paso más largo” en su camino a por el gobierno de España. Podemos, a corto plazo, tiene un reto fundamental en el Parlamento de Andalucía: trasladar al más de medio millón de andaluces que le ha confiado ilusionadamente su voto que ese importante apoyo en las urnas servirá para algo más que constatar la dura realidad que sufren amplios sectores populares. Al no ser decisivos, salvo una impensable pinza con el PP, les toca hacer política y negociar desde la oposición. Asignatura que está por ver como la aprueban los inexpertos nuevos políticos de Podemos en Andalucía.


Ciudadanos, la llave.

Ciudadanos ha sido, sin duda, la sorpresa y el fenómeno más sobresaliente de la jornada. Lograr nueve escaños, con solo un mes de preparativos, resulta una gran proeza electoral a la que, sin duda, ha ayudado y mucho el propio Mariano Rajoy y, desde luego, su delegado en Andalucia con un brote de catalanofobia que pasará a figurar en los anales. El Partido de Albert Rivera, quien por cierto ofreció hace tiempo a Manuel Pimentel encabezar la lista, declinando el ofrecimiento el ex ministro de Trabajo de Aznar, se ha hecho con la llave de la gobernabilidad de Andalucía.
De momento han puesto sobre la mesa una petición que difícilmente Susana Díaz está en condiciones de aceptar: las actas de diputado y senador de Manuel Chaves y Pepe Griñán, así como revisar de nuevo el escándalo de los Eres, un asunto más que substanciado políticamente. (Un presidente de la Junta, Griñán, dimitió asumiendo calladamente su responsabilidad política) Otra cosa sería que planteasen comisiones de investigación sobre la Formación o el llamado Caso Marismas, que promete una irrupción judicial muy sonora en abril/mayo próximo. Pero Ciudadanos, con las condiciones impuestas, lo primero que está demostrando es que la batuta de su concierto está lejos de Andalucía, pensando más en clave estatal y en las generales del otoño.  


UPyD, el magenta se destiñe.

UPyD, con Rosa Diez a la cabeza, ha sufrido una gran derrota en Andalucia, perdiendo respecto a las elecciones de 2012 un total de 52. 754 electores. Les han pasado factura dos circunstancias. Una externa y otra interna. La primera la gestión personalista de la propia Diez de la frustrada operación de unión con Ciudadanos y, sobre todo, el maltrato dispensado a los discrepantes o disidentes. Por otra, su candidato - Martín de la Herrán- que ha querido convertir lo blanco en negro a la vista de los andaluces. Proclamarse único martillo contra la corrupción en Andalucia, cuando en realidad no ha sido así, han convertido la campaña de los magenta en una sucesión de performances poco serias, divertidas eso sí, y a las que el electorado ha dado la espalda. Pero de igual forma que Rosa Diez ha machacado a sus disidentes en UPyD, en Andalucía Martín de la Herrán ha hecho lo propio manteniendo una estructura entorno a su persona y controlado con mano de hierro cualquier atisbo de renovación o cambio que le llegase de cualquier provincia. Cabeza de lista por Malaga, viviendo en Jerez, allí el partido ha perdido diez mil votos respecto a los resultados de 2012 que, paradójicamente, tampoco permitieron que UPyD obtuviese representación parlamentaria con Herrán al frente.

PA, la agonía del andalucismo.

Con pocos medios y mucha voluntad el andalucismo ha vuelto a fracasar en las autonómicas. Incluso han sacado menos votos que hace tres años. El partido que logró a finales de los 70 cinco escaños en el Congreso de Diputados, con Rojas Marcos, Luis Uruñuela y Miguel Angel Arredonda como líderes principales, hoy no es ni sombra de lo que fue. Les queda la marca de la mano abierta y mucho voluntarismo que las urnas no han reconocido. Porque la blanquiverde, que el andalucismo rescató en los 70 de los viejos baúles de Blas Infante, ya es patrimonio de todos. Cádiz era la plaza donde más posibilidades históricas tenía el PA para obtener un escaño, pero sacar en Algeciras al jubilado fundador Rojas Marcos (la mano que ha mecido la cuna de todas las crisis del partido) y tener en prisión a un ex dirigente simbólico como Pedro Pacheco, ex alcalde de jerez, no han sido circunstancias que haya ayudado a Antonio J. Ruiz. De nada les ha servido proclamar en campaña que ellos, los herederos del nacionalismo andaluz, eran el único partido que tomaba sus decisiones en Andalucía.

23M: más inestabilidad 

Así las cosas, Susana Díaz ha salvado los muebles socialistas con esfuerzo personal, pasión, buena dosis de populismo y cierto decoro, pero eso no quiere decir que se haya cumplido el objetivo principal que se marcó para echar a IU del Gobierno, disolver y convocar elecciones. Habló entonces de un gobierno inestable y, a la vista de los resultados, la inestabilidad de su ejecutivo comienza precisamente ahora. 
Cuando Griñán optó hace tres años por cerrar un acuerdo de gobierno con IU, jaleadas las dos formaciones por UGT y CCOO que habían movilizado el voto de izquierdas frente al PP, Susana Diaz fue la principal artífice en la mesa de negociación de aquellos acuerdos de gobierno. ¿Quien es, a día de hoy, la figura del entorno de Susana Diaz con la capacidad suficiente - cintura política- como para perpetuarse en una mesa de negociación durante toda una legislatura? Difícil responder a esa pregunta a la vista de los perfiles que rodean a la presidenta in pectore. Sobre todo porque, a partir de ahora, la interlocución no estará presidida por un solo color - el rojo-  sino que se añade el naranja y el morado.
En todo caso lo más positivo que nos deja, desde la perspectiva política este 22M a los andaluces, es que vamos a dejar de tener un Parlamento en forma de panteón de hombres ilustres apretando un botón para votar, para dar paso a un debate abierto, transparente y, esperemos, de utilidad a los problemas de la sociedad. Eso y el hecho de que, por vez primera desde 1982, una mujer haya ganado las elecciones a la presidencia de la Junta de Andalucía. Un titular alentador para una sociedad  que busca y pelea por la igualdad.

Publicado en: Publicoscopia el 23 de marzo de 2015




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