A-92, IDEAL de Almeria, 12 de octubre de 2014 |
La descubierta oficial de las
tristemente célebres tarjetas negras de Bankia, algo que se conocía o intuía
desde la fallida y anómala instrucción del juez Elpidio Silva contra Miguel
Blesa, ha reactivado una ola de indignación de enormes consecuencias sociales,
políticas, económicas y penales. Docena y media de conocidos personajes
públicos, todos recolocados con el paso del tiempo tras ocupar cargos de consejeros
en la entidad madrileña, se han visto obligados a la dimisión irrevocable de
sus actuales responsabilidades. Hasta quien fue Jefe de la Casa Real ha
resultado salpicado por el escándalo.
La inmensidad de tropelías
económicas que se están descubriendo vía judicial, amén de confirmar el
espíritu cortijero con el que se han dirigido en los últimos años las cajas de
ahorro españolas, han venido a ratificar cómo la denominada "casta"
no solo ha sido cómplice del latrocinio en nuestro sistema financiero, sino que
han sido en gran medida coautores del gran robo que hemos padecido los
españoles.
Si miramos atrás, si echamos
mano de las hemerotecas, los ciudadanos refrescaremos la memoria y
comprobaremos que el escándalo que actualmente envuelve a las cuentas de la
antigua Caja Madrid, guarda gran paralelismo con lo que ha sucedido en todas,
absolutamente todas, las cajas de ahorro del país. También en Andalucía.
A lo largo de los años los
andaluces hemos ido comprobando como el poder socialista andaluz ha permitido
un estado de cosas muy similar al que hoy estamos visualizando en Bankia. En
las entidades andaluzas, en cuyos consejos de administración el PSOE situó a
personas de absoluta confianza del partido - al igual que un acomodado PP- también se han utilizado tarjetas y premios
del fondo de reptiles con una única finalidad: mantener bocas cerradas y, de
paso, bien alimentadas con cargo al dinero de los impositores. Todo con el fin
de ganarse la complicidad de los supuestos controladores ante muchas decisiones
que, en el fondo, no eran más que operaciones económicas que acabarían beneficiando
a núcleos empresariales muy reducidos y amigos, que a su vez, repartían los
millonarios beneficios con las cúpulas cajeras.
En nuestras cajas todo iba
razonablemente bien hasta que se implantó, en todas, la fórmula de las
denominadas "Participadas". Esto es, ni más ni menos, que la
incorporación en el capital de numerosas empresas privadas de dinero de las
cajas, de tal forma que las "Participadas" se convirtieron, salvo
contadas excepciones, en el sistema empleado por muchos gestores de estas entidades
para aumentar sus patrimonios junto a los de amigos y socios.
Pelotazos legales.
Los ejemplos que podrían
relatarse son innumerables entre otras cosas porque esas operaciones tan
atípicas, aunque aparentemente justificadas en los balances contables, se
acababan conociendo a las pocas semanas de su ejecución ante notario. Pero solo
a través del boca a boca, nunca en letra impresa ni en papel timbrado de la
Justicia. Especialmente en el negocio inmobiliario, el que más millones en plusvalías
ha generado durante las décadas del pelotazo andaluz. Aún recuerdo, por citar
solo un ejemplo, como una determinada caja andaluza, a través de su
conglomerado de participadas, entró a
financiar la compra de una gran finca rústica, propiedad de unos socios de sus
participadas, tasada en un precio multimillonario ante las expectativas de una
prometida recalificación municipal. Dicha recalificación, finalmente, no se
llevó a cabo y la entidad apechugó con el marrón en el pasivo de su cuenta de
resultados. Pero, a esas alturas, los amigos socios del presidente de turno ya
se habían embolsado su millonaria parte. Y aquí paz y después gloria bendita.
Una operación de libro que, de forma sistemática, se ha venido repitiendo aquí
y allá sin que nadie, en los respectivos consejos de administración, abriese la
boca para denunciar.
Los sindicatos, muy de tarde
en tarde, han sido quienes han denunciado sottovoce, internamente, estas tropelías, pero al final se les acababa tapando
la boca con impresionantes mejoras laborales para los trabajadores a los que,
teóricamente, defendían. Prebendas económicas, en definitiva, que adormecían
conciencias porque el objetivo del sindicalismo había sido logrado.
Y si los sindicatos estaban
controlados por sus logros en favor del trabajador, cabe imaginarse lo
domesticados que han estado los consejeros - de todos los colores- tratados con
mimo tarjetero, regalos, viajes de lujo y placer por todo el mundo, así como
facilidades crediticias para sus negocios particulares.
Por no hablar del silencio,
cómplice, de la mayoría de los medios de comunicación que, si hubiesen
publicado una sola línea denunciando este estado de cosas, habrían visto
mermados o anulados sus ingresos publicitarios procedentes de la entidad
financiera de turno. No en vano, las cajas, han sido durante muchos años el
principal cliente publicitario de los medios andaluces. Una publicidad, muchas
veces innecesaria para fines comerciales y que, a la postre, se convertía en una
especie de impuesto revolucionario del sistema para garantizarse que el
silencio y la impunidad continuase.
Pasados los años solo una
rigurosa investigación patrimonial de quienes han sido responsables directos o
cómplices de este robo institucionalizado en las cajas, podría arrojar luz
sobre determinados delincuentes que con gran fortuna han logrado un vergonzoso
enriquecimiento ilícito para sus bolsillos y del que viven, a cuerpo de rey, en
la actualidad. Personas, la mayoría, a los que la ideología política solo les
sirvió para acceder a los sillones desde los que labrarse un prometedor futuro
en tanto que, de vez en cuando, servían dócilmente a dudosas operaciones y
directrices de interés partidista.
Con el rebose de las cloacas
de Bankia en estos días, muchos se preguntan si en Andalucía se llegará también
a conocer estas tropelías cometidas al amparo del poder político y financiero.
A priori parece todo muy complicado; entre otras cosas porque dentro de la
estrategia de estos personajes sin escrúpulos, se ha cuidado mucho que nuestras
cajas caigan en manos de entidades financieras que difícilmente llevarán a la Fiscalía
las auditorias que se han encontrado en los cajones. Fácil, por tanto, concluir
que, a día de hoy, en manos de estas entidades que han comprado o absorbido las
cajas andaluzas -por cierto a bajo precio- existe dinamita más que suficiente
como para tener "controlados" a dirigentes políticos, partidos,
sindicalistas y otros personajes que fueron responsables de este desaguisado. En resumen: la rueda continúa y más de lo
mismo en Andalucía.
LA CUAJADERA
Izquierda Unida
La coalición de izquierdas
tiene en Almería unos 200 militantes al corriente de pago que son los que han
podido avalar a los candidatos en sus primarias municipales. Pero curiosamente
han censado a más de 600 simpatizantes para votar al candidato a la alcaldía de
Almería. Una estadísticas que, sin duda, ofrecerá un resultado desvirtuado ya
que la lista la aprueban solo los militantes. Paralelamente ha levantado gran
revuelo interno el masivo fichaje, por parte
de uno de los candidatos -el del PCA- de unos 350 simpatizantes concentrados en
el Barrio Alto y especialmente en Los Almendros. Dicen que muchos de estos
nuevos simpatizantes no saben siquiera donde está la sede de IU.
Pérez Navas.
El senador socialista,
nominado candidato oficial a la alcaldía de Almería y apoyado por más de medio
millar de avales de la militancia de la capital, ha logrado en pocos días aunar
voluntades y el respaldo de varios sectores del partido. Pero el apoyo más
importante es el que recibió, en persona, por parte de Susana Díaz que durante
su visita esta semana no ocultó ante los militantes su satisfacción política
por el nominado y su afecto personal hacia Juan Carlos Pérez Navas. Conviene
recordar que, en su día, el senador socialista fue el candidato de la entonces
S. de Organización del PSOE-A para ocupar la secretaria provincial del partido,
operación que no cuajó por su voluntario paso atrás y por maniobras locales de
Fuensanta Coves ante Griñán en favor de su amadrinado Sánchez Teruel.
Pepe Cara
Definitivamente el edil de La
Mojonera seguirá siendo alcalde porque deja su escaño en el Parlamento,
circunstancia que provocará la pérdida de su estatus de aforado. Por otra
parte, todo apunta a que Esperanza Oña, alcaldesa de Fuengirola, será la única
que finalmente deje de ser alcaldesa y permanezca en el Parlamento. Algunos
rumores apuntan a que, "desde Madrid" así se lo habrían aconsejado en
base a que "en 2015 pasarán cosas en el partido". Críptico mensaje
que, de ser cierto, abre un suculento abanico de interrogantes políticas
internas.
Una nueva batalla interna se empieza a visualizar en el PSOE roquetero con dos candidatos a primarias. Manuel García secretario general (211 avales), se las verá con Ana Zapata miembro de la ejecutiva de Sánchez Teruel (71 avales), especialmente apoyada por Adela Segura desde la CEP. Sorprende esta nueva confrontación socialista máxime cuando en la reciente asamblea para elegir nueva ejecutiva local, García ganó por goleada al sector minoritario en el que estaba encuadrada Zapata y que gozó, también, del apoyo de la ejecutiva provincial.
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