A menos de veinticuatro hora
de hacerse público el nuevo gobierno de la Junta, la presidenta Susana Díaz
tuvo que apechugar con un tirón inesperado: la amenaza de dimisión del
Secretario General del PSOE de Almería, José Luis Sánchez Teruel. El motivo
habría sido el no haber sido nominado como consejero, ni tampoco su mano
derecha en el partido Adela Segura, candidata propuesta por el líder en caso de
que el problema de encaje almeriense hubiese sido cuestión de paridad, tal y
como en el pasado sucedió con Fuensanta Coves frente al eterno aspirante
entonces Martín Soler.
A ese punto de tensión parece
que llegaron internamente las cosas el fin de semana pasado en el asunto del
“consejero de Almería”, lo que viene a confirmar que la presidenta ha sido
consciente, en todo momento, del malestar de Teruel y de sus más
incondicionales seguidores, dentro y fuera del partido en Almería.
La tarde del domingo 8 de septiembre
pasado, SDP ya tenía su gobierno perfilado, no cerrado al cien por cien en
espera de respuestas, opiniones y el formalismo de la ronda final con los
secretarios generales provinciales.
Según fuentes del PSOE en
Almería, en ese contexto, es donde se habría producido una “tensa conversación”
telefónica entre el SG de Almería y Díaz. Siempre según las fuentes
consultadas, Teruel, que mantuvo su candidatura y predisposición para el cargo
hasta que ya no pudo más, habría advertido a la presidenta de las consecuencias
políticas que podría tener para su liderazgo y el del partido en la provincia
no incluirle a él o a Segura en el nuevo gobierno como cuota territorial.
Entendía Teruel que con su no presencia en el gobierno, quedaba deslegitimado y
desautorizado como dirigente en Almería, echando mano para reforzar sus
argumentos a las fuertes expectativas levantadas en la opinión publicada en
prensa, radio y televisiones locales. De nada o de casi nada servían a Teruel
los argumentos de Susana Díaz, tácticamente irreprochables, de que no quería
abrir ningún proceso congresual en ninguna agrupación provincial andaluza, que
eso no tocaba ahora, de tal forma que ningún SG sería nombrado consejero.
A José Luis Sánchez Teruel,
dicen que muy afectado, solo se le escuchó decir una frase: “Pues yo me voy, lo
dejo todo”.
El final de la historia es de
todos conocida. Ningún almeriense se sienta hoy en el consejo de gobierno y
como consecuencia de ello la campaña de expectativa cuasi olímpica levantada en
Almería antes del lunes 9, se ha transformado en una ofensiva de desgaste en
toda regla contra el PSOE y sobre todo contra la nueva presidenta Díaz quien,
por cierto, simbólicamente ha elegido Almería para su primera gira provincial
como presidenta de la Junta.
El SG de Almería, tras la
escandalera montada, ha hecho mutis por el foro sin hacer declaraciones sobre
lo que ha sucedido. Dicen que sigue muy afectado y decepcionado. No se creen
que realmente dimita, apelan a su responsabilidad. Pero lleva días callado y
sin expresar lo que opina mientras que, los sectores más críticos del PSOE con
Teruel, no salen de su asombro tras una maniobra “que José Luis no ha meditado
ni consultado con nadie del partido en Almería”, según una cualificada fuente
socialista.
La misma fuente que, además,
considera la existencia de premeditación por parte de Teruel en todo este
vodevil y del que los adversarios del PP están sacando tajada política a manos
llenas.
TERUEL EN CAMPAÑA
“Fíjate si ha intentado hilar
fino José Luis que, con antelación, ha resuelto problemas de pagos atrasados de
la Junta a empresas mediáticas de Almería, las mismas que luego se han volcado
como impulsores y altavoces en la campaña de su lanzamiento como consejero. Ha
sido tremendo lo que se ha leído y se lee aún hoy sobre el tema, porque la
polémica sigue encendida una semana después” aseguran.
Creen también que el candidato
a consejero calculó mal su estrategia, “primero por ser incapaz de parar la
campaña una vez confeccionado el gobierno y segundo, no pensar que entregaba al
PP y a sus satélites mediáticos en la provincia munición suficiente para
deslegitimar a Susana como presidenta ante los almerienses”. Y todo por el
hecho de no haberle nombrado a él consejero de Agricultura o de lo que fuera.
No sería completa la
información sin la “explicación” interna que empieza a oírse en privado, en gente
cercana a Sánchez Teruel, después del abortado nombramiento.
En esos aledaños se empieza a
dibujar todo lo que ha pasado esta última semana en clave de eterna lucha de
tribus en el seno del PSOE de Almería. Y una vez más sitúan al malvado (y
jubilado) Nono Amate -allí se sigue hablando de “los guerristas”- como la mano
que ha mecido la cuna del nuevo gobierno de Susana por el lado del Mar de
Alborán. “Han bombardeado desde Almería lo de José Luis y se han cargado al
final su nombramiento” aseguran aparentemente convencidos, creyendo saber que
lo que en verdad quería Amate era “colocar a su hijo de consejero”. (Del que
por cierto, dicen que es mucho mejor que el padre). Desde luego queda en
evidencia la poca solidez del argumento y lo rebuscado de la carambola sugerida
por esta versión, ilustrativa del nivel y profundidad del debate interno en el
socialismo almeriense en cuestiones de calado. No obstante no debiera
sorprender el argumento esgrimido, seguramente en honor de la actual etapa de
la política andaluza, cuyo capítulo principal bien podría titularse “De
herencias, herederos y desheredados”.
Así las cosas, el lampedusiano
bucle del socialismo almeriense, con los blasones de la vieja escuela del ´martinismo´
aún en las casas del pueblo, respetados durante años en la Agrupación
socialista de Almería, no invita precisamente al optimismo en la sede de San
Vicente de Sevilla. Allí habita Mario Jiménez y desde donde seguramente sigue
viendo un territorio electoralmente inexpugnable, con el PP más hegemónico y
más fuerte de todos, disciplinado con Zoido y con el incansable Gabriel Amat a
pié de tajo, imitando ahora la técnica de la zarigüeya, con los fiscales
oliéndole el trasero.
En toda esta polémica el PP,
sumándose a la crítica por la “marginación” histórica y el “desprecio” del PSOE
hacía Almería, ha encendido
convenientemente las bajas pasiones y el orgullo herido del provincianismo más elemental y rudimentario. Ese que solo cree en los nombres cercanos y no
en los proyectos políticos que ejecutan representando a partidos. Ese sector de
la sociedad española que considera que tener un paisano en un alto cargo les da
un salvoconducto para saltarse la cola de las oportunidades públicas en
igualdad de condiciones. En el fondo, en Almería, como en el resto de España,
subyace una consideración muy positiva a favor del caciquismo político, algo
que dice bien poco a favor de la pulcritud del sistema democrático y de un
Estado Social y de Derecho. Como también, cabe recogerlo, ha molestado este
nuevo “descuelgue” andaluz de Almería a muchos ciudadanos de a pié y sin
adscripción política, hartos de la eterna insularidad política que padecen, de
su marginación secular en el séptimo rincón andaluz y cansados de que suene
siempre en Puerta Purchena la misma copla con la misma música, aunque le
cambien la letra según la ocasión y el intérprete.
DIAZ IRA A ALMERIA
Curiosamente nadie se ha
planteado en estos días de intensa polémica local sobre los beneficios de tener
un paisano de consejero, recurrir a las hemerotecas del Boja y hacer balance de
lo que, como gestión política personal sobre la provincia, han realizado los
tres últimos consejeros que Almería envió a Sevilla. El análisis de activos y
pasivos políticos dejados por todos, seguramente nos sorprendería. (Por ejemplo
en la millonaria inversión, hoy infrautilizada, de la desaladora Rambla
Morales). Una auditoria, ciertamente,
que tampoco soportarían otros consejeros de otras provincias. Estamos pues
hablando de algo que tiene más que ver con el figureo político que con la
solución de los verdaderos problemas de los andaluces. Cádiz con Chaves que
incluso llegó a presidente, ahí está líder del paro. Postureo en el mejor de
los casos, en el peor, lobbismo.
Es evidente que la presidenta
Díaz ya debe ser consciente de todo lo que ocurre en Almería e irá preparada en
su primer viaje institucional de esta semana. No le interesan más frentes
abiertos ahora, tampoco que le toquen excesivamente las castañuelas. Por ahí no
conocen todavía a la Susana de aparato, la que sabe ponerse en jarras y decir
no una sola vez. Que pregunten en Triana por ella y sabrán de su capacidad
resolutiva. Esta vez, sin duda, pondrá paz interna, calmará los ánimos,
explicará sus razones y dará un espaldarazo público a Sánchez Teruel como SG, comprometiéndose
a elegir a gente de Almería para los cargos que ahora empezarán a salir en el
Boja como las setas otoñales. Que, puestas como están las cosas y sabiéndose de
qué pie cojea cada quien en el PSOE de Almería, serán nombramientos que
necesariamente tendrá su lectura política, con lupa, en clave provincial,
incluso regional. Aparte de que a muchos preseleccionados deberán pasarlos
antes por el escáner detector de historiales comprometedores con el nuevo
momento político de transparencia que dice iniciar el socialismo andaluz.
Ciertamente, a nadie le
interesa fomentar una escandalera interna en estos momentos en Almería, por el
mismo motivo por el que Díaz no nombró a Teruel -ni a ningún SG- consejero de
su gobierno, por no abrir brechas congresuales, que siempre acaban tensionando
a la organización. Sin dinero en la caja de mamá Junta y con severos ajustes
presupuestarios para 2014, llega el tiempo de hacer política y de muchas
palabras, promesas y más promesas, arrancando una larga pre campaña de un
montón de elecciones que están por venir anualmente encadenadas. Y para la
presidenta, de lo que se trata, es eso tan de moda últimamente en el bipartito
de “no perder ni un minuto” contra del
paro, o esa otra frase de “dejarse la piel” en el empeño de luchar contra la
corrupción “venga de donde venga”.
Precisamente en ese tajo de la
corrupción de los bienes y dineros públicos, el Sr Sánchez Teruel tiene
bastantes temas donde elegir en Almería. Abundante trabajo fuera de su partido,
pero también dentro. El lo sabe bien. El contenido de la carta que ha recibido
esta semana de una veterana militante, esposa de otro destacado militante
histórico del socialismo almeriense y andaluz, devolviendo el carné del PSOE de
toda la vida, con la corrupción interna como fondo y motivo, tiene que haberle
hecho meditar las cosas que se atrancan entre el corazón y la razón. Ya es hora
de que el SG del PSOE de Almería se tome en serio su cuota de responsabilidad
en fumigar la epidemia de corrupción sistémica y sistemática que invade Almería,
mucho más letal y destructora que la del “Picudo rojo” en las palmeras o la de
la “Cochinilla del carmín” en las chumberas. Peor que las dos juntas, que ya es
decir. En Almería Susana Díaz y el PSOE se juegan algo más que un secretario
general y un consejero, se juegan sumar los votos de una provincia que cuenta y
mucho, es verdad. Eso sí, cada cuatro años, y a la hora del recuento de
escaños.
Publicado hoy 18 de septiembre en AndalucesDiario
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