Fue algo así como una nueva
decepción olímpica, pero en pequeñito. Cuando a las seis de la tarde del lunes
la presidenta Susana Díaz hizo público su primer y nuevo gobierno de la Junta,
en la lista, no apareció ningún almeriense.
El asunto ha levantado una
gran polvareda política y también mediática en la capital andaluza más
oriental. Hasta los del PP parecen estar molestos, léase la estrella fugaz doña
Rosario Soto. A ras de calle, la inmensa mayoría de la gente asume el hecho
como la vuelta a la marginación y al eterno olvido de la insular Almería. Todo
ello tras haber exportado en el último lustro a Sevilla a tantos políticos como
pepinos a Berlín. Entre los políticos a una presidenta del Parlamento, Fuensanta
Coves y a dos consejeros, Martín Soler (Agricultura y Pesca, Innovación) y
Manolo Recio (Empleo), este último recién pre imputado por Alaya esta misma
semana junto a cuatro ex consejeros, además de Chaves y Griñán.
La gran decepción, no
obstante, se ha percibido especialmente entre la clase política y algunos
líderes sociales y de opinión. Una sensación a la que han ayudado, sin duda,
las expectativas (falsas) levantadas durante días entorno a la segura presencia
de un almeriense concreto en el Consejo de Gobierno. Es más, las quinielas se
llegaron a poner tan machaconas con un nombre, el del SG José Luis Sánchez
Teruel, que daban ganas de felicitarle por anticipado. Todos creían que iba a
ser el próximo “consejero de Almería” en el nuevo gobierno. Un titulo, el de “consejero
de Almería”, más bien sociológico en la tierra, conviene apuntarlo, que
encierra en sí mismo algo más que un estatus de líder indiscutible del PSOE
almeriense, respaldado “por Sevilla”. El ser “consejero de Almería” también goza
de una especial consideración y respeto de los cargos del PP, partido
hegemónico en la provincia, al considerar el cargo de consejero por encima de
las rencillas políticas domésticas del día a día. Una tarea, también conviene
apuntarlo, a la que no es ajeno un selecto club de poderosos empresarios
locales y provinciales que manejan en las sombras los verdaderos hilos la
política almeriense. No se olvidan fácilmente en Almería las excelentes
relaciones políticas y personales durante más de una década entre el ex SG del
PSOE y ex consejero Martín Soler, con Gabriel Amat como presidente del PP. Una
especie de pacto no escrito cuyo lema bien podría resumirse en esta idea: vamos
a llevarnos bien, que con las cosas de comer no se juega.
DE AQUELLOS POLVOS.
Para entender algo mejor lo
que está pasado hay que remontarse brevemente a la reciente historia de la
organización socialista almeriense, controlada desde Sevilla durante años
directamente por Luis Pizarro a través de Martín Soler. Uno de los hitos de
esta etapa fue el pacto con la extrema derecha de El Ejido en Diputación,
vergonzosamente oculto en la primera legislatura, no así en la segunda, con Juan
Enciso escindido del PP y acabando en la cárcel; a la postre, aquella coalición
con la extrema derecha del Poniente, fue el rejón de muerte electoral para el
PSOE, a la vista de los reiteradamente negativos resultados electorales
obtenidos después.
En Almería, en la agrupación
socialista, no se movía un papel sin que Soler y su dos ayudantes de campo,
Diego Asensio y Juan Antonio Segura Vizcaíno, lo supiesen. Políticamente
salpicados en el sumario de la Operación Poniente -sospechosamente paralizada desde
hace tres años en el Juzgado Nº 2 de Almería- los socialistas almerienses del
martinismo entraron en barrena tras la ida de Manolo Chaves a Madrid y la
llegada de Griñán. Comenzaron los cambios de bando y traiciones en Almería. El
instinto de supervivencia de muchos corría embozado por la Avda. de Pablo
Iglesias. No obstante, la pieza a batir por los griñaninis, apoyados por los
antiguos guerristas almerienses, era de caza mayor. Martín era mucho Martín.
Soler había llegado a ser uno
de los tres firmes candidatos para suceder a Chaves, respaldado por Pizarro
desde el aparato de San Vicente, frente a Mar Moreno propuesta por Zarrías que
sabía que era la favorita de ZP. Chaves impuso finalmente a Griñán que, sin
duda, nunca tuvo química con el líder almeriense, no le gustaba el personaje.
Tan poca sintonía hubo que Soler ha sido el único que ha salido del despacho
del ex presidente rechazando ser consejero, dando un portazo, contándolo y
poniendo a caldo al presidente. Griñán, desde entonces, simplemente le
desprecia y le ignora. Martín ya es historia, suele decir.
De ese contexto de tensión
interna, lucha de titanes y herederos de tronos, nace la puesta en marcha de un
golpe de mano para quitarle a Martin el poder orgánico en Almería,
personificado en Diego Asensio. Fuensanta Coves propone a Griñán el nombre de un
antiguo colaborador suyo llamado José Luis Sánchez Teruel, ex alcalde de
Chirivel y al que parece que adornan cualidades para liderar el cambio posible
en aquel momento en la agrupación de Almería. Uno a uno, desde la propia Junta,
los cargos fueron cambiando de disciplina logrando la caída de Asensio por
dimisión de gran parte de la ejecutiva provincial. Susana Díaz, como Secretaria
de Organización, se empleó a fondo en la operación Almería junto al entonces
vicesecretario general Rafael Velasco. JLST se dejó conducir disciplinadamente
a la victoria.
TERUEL SUEÑA
Sánchez Teruel llega a la
secretaria general despacio, sin ruido, sin romper ningún jarrón, intentado
buen rollito con todos. Recuperando a viejos adictos martinistas, de tal forma
que con el paso de los meses se ha ido comprobando como todo el mundo se
recolocaba en una lampedusiana maniobra que no ha pasado desapercibida para los
que observan el atrezo diario en el teatro de nuestros políticos. Un mundo
nuevo se le aparece ante sí que le permite soñar por las noches.
Teruel, de trato afable,
serio, algo retraído y desconfiado, ambicioso y tímido, llegó al cargo gracias
al apoyo del sector que lidera el jubilado Nono Amate, que en tiempos se
denominó sector guerrista. El senador Juan Carlos Pérez Navas, uno de los
socialistas almerienses con fama de ser un tipo honesto y capaz, ocupó la
Secretaría de Organización como cuota, pero Teruel puso a su lado como secante
a una militante de la vieja guardia, de los tiempos de Amate, Adela Segura, la
que dicen que en realidad administra como Secretaria de Política Institucional
el día a día del partido, entrando también en el resto de Secretarías. Un dato
quizás relevante o no: Adela Segura presume en Almería de ser amiga personal de
la nueva presidenta Susana Díaz.
El arranque de la nueva etapa
que se dibujó en el PSOE-A en junio pasado, provocó que el SG de Almería,
apoyado por la inseparable Adela Segura, se planteara poner a la Agrupación de
Almería incondicionalmente a los pies de la nueva lideresa, la que iba a ganar
las primarias, la candidata oficial, la futura presidenta Susana Díaz Pacheco.
Y así sucedió. El candidato Planas, a la sazón consejero de Agricultura, ni
cortó orejas ni dio vuelta al ruedo en la muy agrícola Almería. De almohadillas
se hartó.
Muchísimas fotos, videos,
referencias, artículos y comentarios en el muro de Facebook de Sánchez Teruel,
dan buena cuenta de la entrega, ilusión y pasión desplegada durante estos meses a favor de la causa susanista del actual líder
del socialismo almeriense.
Algunas fuentes socialistas
aseguran que ya en esa fase, Teruel, dada la cercanía y la simpatía que le
otorgaba Susana en sus encuentros, albergaba en lo más intimo la posibilidad de
sentarse como consejero junto a la heredera de Griñán en San Telmo. En las
agrupaciones más notables de la provincia, mientras tanto, se ha echado de
menos en todo este proceso que el SG les mantuviese informados de las cosas que
hacía en Sevilla, de las conversaciones mantenidas con Díaz, de las
implicaciones que la partida de ajedrez librada en Sevilla pudiese tener para los
intereses de la agrupación almeriense. “El solo, solito se lo ha comido y se lo
ha bebido todo, no nos ha contado nada a nadie, ni al presidente del partido
Antonio Bonilla” ha contado molesto un concejal de la capital.
Eso sí, durante este tiempo,
Teruel tuvo capacidad y voluntad política para resolver estratégicamente pagos
atrasados de la Junta, especialmente a empresas mediáticas almerienses. Quizás
las mismas que en la recta final pretendieron, sin lograrlo, presionar editorialmente a Susana Díaz para
que nombrase a un consejero de Almería, o sea, a José Luis Sánchez Teruel al
que ya se le atribuía la cartera de Agricultura en tanto, se recordaba, Almería
representa el 25% de este sector en Andalucía. Además, de decía, Teruel ya conoce la
consejería, fue nombrado director general por Martin Soler.
La campaña desatada en
Almería, antes, durante y después de la formación del gobierno, dicen que no ha
gustado a la presidenta Díaz y según fuentes cercanas, ha querido demostrar que
tiene las manos libres, sin ataduras, para formar el ejecutivo que ella
considerase necesario en estos momentos. Sin compromisos ni ataduras de ningún
tipo, solo las imprescindibles. Además, continúan, hay que ser torpe y poco
conocedor de por donde va el aire para creerse que Susana iba a nombrar
consejero a algún secretario general, cosa que no ha sucedido. También destacan
que ha sido muy comentado el protagonismo cercano y fotográfico junto a Susana
en estos meses del SG de Almería, nada parecido al de otros secretarios
provinciales de Andalucía. “Se le notaba mucho a José Luis que estaba muy a
gusto junto al liderazgo de Susana y que quería agradarle y darse a conocer”
comentan con corrección.
YA PASÓ OTRA VEZ
Esta circunstancia recuerda
otra lejana en el tiempo muy similar, cuando Martín Soler, la primera vez que
Chaves quiso nombrar un consejero de Almería, se auto propuso como SG, “o yo o
nadie” y fue nadie en aquella ocasión. El veterano militante que me recuerda
este hecho, concluye lacónicamente: “Sí, es la misma escuela, la misma, esto no
ha cambiado”.
La presidenta Díaz ya ha
anunciado que, tranquila Almería, que el gobierno va a estar plagado de
almerienses en otros niveles inferiores del equipo. Una forma de calmar el
sonoro malestar especialmente extendido en la élite más sobresaliente de la
sociedad almeriense. En cualquier caso no es lo mismo sentarse en el salón de
los consejos de gobierno, que en un despacho de Torre Triana y con muchos
papeles encima de la mesa.
Sánchez Teruel, ahora, pasados
los “fastos protocolarios” que dijo Antonio Maíllo, ya no tiene excusas para
arremangarse y ponerse a trabajar en la provincia a jornada completa, como SG y
como diputado autonómico. Porque no se entienden muchas cosas que están pasando
en Almería y de las que el PSOE mantiene una incomprensible distancia, eso en
el mejor de los casos. Casos de corrupción sometidos a investigación por la
Fiscalía del TSJA y que afectan, directa o indirectamente al presidente del PP
en la provincia. Sabiendo como saben lo que puede haber detrás de esas
denuncias, que son públicas porque están colgadas en Internet. Y callados, como
en la misa de la Patrona. Asuntos, sobre todo, que afectan al bien general y a
los intereses de los ciudadanos. El PSOE de Almería debe ser, a día de hoy, el partido más
respetuoso de España con las actuaciones de la Justicia. Por eso no habla ni
actúa en estos temas. Ese es al menos el argumento fundamental que ofrece el
propio Sánchez Teruel, obsesionado por que nadie le marque los tiempos en la
política almeriense. Personalmente creo que la razón es otra, el temor a que
denunciando al de enfrente, salga rodeado de compañeros del partido. Es
evidente hasta ahora la ausencia de valor político para sanear la casa
socialista por dentro.
Con la que está cayendo en
Almería, cuando hay denunciantes a los que les cuesta encontrar procurador o
procuradora, donde se investigan graves delitos en el transcurso de varias y complejas investigaciones judiciales,
resulta cuanto menos extraño tanto silencio socialista en relación con sumarios
o investigaciones sobre corrupción, todas de gran interés general. Todo ello
sin olvidar que el Sr Sánchez Teruel tiene sobre la mesa una cuestión que le
hierve, su primera prueba del algodón en esta nueva etapa de transparencia.
Tiene Sánchez Teruel una extensa denuncia en su carpeta sobre los manejos de
fondos públicos en la ADR Alpujarras de Almería, donde muchos de sus actuales
apoyos políticos en la provincia, alcaldes etc, que antes lo fueron del
martinismo, tendrían que salir a dar explicaciones urgentes y convincentes
sobre esos manejos dinerarios. De momento se habla de 90.000 euros que habrían
desaparecido. Pero parece que hay mucho más y cosas más graves en el manejo de
fondos europeos en las Alpujarras almerienses, siempre en las mismas manos,
casi siempre y mayoritariamente en la orbita socialista. Tiempo tiene, ahora,
el SG del PSOE de Almería para indagar sobre la veracidad de las acusaciones
que sabe perfectamente de donde provienen y que, de confirmar su certeza, debería
irse a Fiscalía y dar rueda de prensa posterior demostrando que también asume
de Susana Díaz la política de ejemplaridad y de ventanas abiertas prometida por
la presidenta. Y si no se pone las pilas poniendo orden y dando ejemplo de
limpieza en su renovada casa, quizás llegue tarde y se cruce en la puerta con
los fiscales.
A lo mejor esa sea la clave de
todo esto, el miedo a la limpieza de verdad y optar por habituarse a vivir
rodeados de mierda.
Publicado hoy 13 de septiembre en AndalucesDiario.es.
Publicado hoy 13 de septiembre en AndalucesDiario.es.
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