miércoles, 19 de junio de 2013

EL CASO INVERCARIA NO ES EL CASO EREs


Francisco Vallejo, diputado socialista por Jaén, su provincia de origen, posee todas las papeletas para que el discreto y tenaz magistrado Juan Gutiérrez Casillas, que instruye el Caso Invercaria, decrete su imputación y el caso sea remitido al TSJA por la aparición de un aforado.
De momento el juez ha solicitado al Parlamento información sobre si sigue siendo protegido como parlamentario quien, desde el Consejo Rector de IDEA, aprobó en su día dos subvenciones al frustrado proyecto FIVA. Paso previo, se asegura, para que Paco Vallejo tenga que responder ante la Justicia de su paso por el macro departamento estrella del último gobierno de Manuel Chaves, la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa.
En este asunto de FIVA nadie, todavía, ha explicado de forma convincente cual fue el verdadero destino del millón y medio de euros para un proyecto de internet que nunca se puso en marcha. Pero que era atractivo según sus promotores. Los imputados han echado la culpa a la falta de apoyo de Innovación, desde donde precisamente se dio el visto bueno al kilo y medio de dinero público para la “bonita idea” de Ferias Virtuales de Andalucía. Y a falta de una explicación que justifique lo sucedido por parte del Gobierno andaluz, habrá que seguir confiando en la Justicia para que lo clarifique ante la sociedad andaluza.

-A iniciativa de la Fiscalía.

Este asunto de Invercaria, conviene recordarlo, no ha surgido a raíz de una denuncia desde las filas de la política, los empresarios, los sindicatos o el periodismo. Fue concretamente desde la Fiscalía Superior del TSJA cuando, a raíz de determinadas informaciones en la prensa citando un informe de la Cámara de Cuentas sobre la empresa de capital riesgo de la Junta, Jesús García Calderón, su titular, solicitó oficialmente copia del informe al tribunal fiscalizador de las cuentas públicas. Tras su lectura con detenimiento, se procedió de oficio a la realización de algunas indagaciones por parte de la Unidad Adscrita de Policía Judicial. Tras comprobar la posible existencia de delitos, se ordenó la judicialización del caso.
Sucedía esto antes y al margen de otro sonoro escándalo en Invercaria, este explotado electoralmente por el PP junto al de los Eres antes del 25M y que consistió en publicitar a tope la grabación privada realizada por un directivo de la empresa pública, Cristóbal Cantos, con la entonces presidenta de Invercaria Laura Gómiz. Aquel archivo en Mp3, con la conversación de ambos, fue distribuido por el PP desde la calle San Fernando de Sevilla a las centrales de los medios de comunicación en Madrid para su publicación, calentando entonces enormemente la campaña y logrando de paso un gran impacto y numerosas portadas, especialmente en los medios alineados con la derecha.
Pero aquella historia, cuyo recorrido judicial fue corto en la Sala de lo Social a cuenta del despido de Cantos, quedaría diluida y casi olvidada con el paso del tiempo para el gran público. Solo se volvió a sacar el tema hace unas semanas, cuando el PP propuso para un alto cargo en la Zona Franca de Cádiz al denunciante Cantos.
Sin embargo, la denuncia de los fiscales ante el magistrado Gutiérrez Casillas en Sevilla, avanzaba lentamente desde hacía tiempo, logrando desenmarañar poco a poco un conjunto de prácticas de gestión muy parecidas, por lo que se está viendo, a las desarrolladas en la Consejería de Empleo y otras áreas poco transparentes de la Junta. Los controles brillaron por su ausencia y reinó en muchos casos la discrecionalidad en las aportaciones dinerarias a terceros. También aquí parece que ha sido una constante caprichosa el atender, sobre todo, a la familia y a los amigos.
Para poner en marcha Invercaria, Francisco Vallejo puso sobre la mesa el nombre de un viejo conocido suyo llamado Tomás Pérez Sauquillo. Un fichaje estrella, se dijo. Un personaje que al salir de declarar durante horas ante el juez resumía lo que le había dicho proclamando que era una víctima de la lucha entre los partidos políticos. Por cierto, más o menos lo que han dicho algunos de los imputados estos días en el juicio por el Caso Rilco en la Zona Franca de Cádiz.
Pero la coincidencia del modus operandi tanto en Empleo como en Innovación, lo que viene a dejar en evidencia es una singular manera de gestionar los bienes públicos incrustada en el ADN del equipo socialista gobernante, especialmente en los últimos veinticinco años de gobierno en la Junta. Quien no quiera verlo es que le interesa ver otra cosa o, sencillamente, no se ha parado a pensar en las actuaciones y comportamientos políticos de muchos dirigentes, repasando la historia reciente del gobierno autonómico andaluz y poniendo en paralelo las verdades judiciales que se van conociendo. Muchas cosas empiezan a cuadrar.
De ahí que, desde una estricta perspectiva política, se pueda concluir afirmando que el presidente de la Junta se enfrenta, una vez más, a la tarea de defender una política y un teatro de operaciones donde tuvo formalmente un papel, sí,  como responsable económico en calidad de Vicepresidente, aunque también se sabe que no frecuentaba las cocinas de los sótanos del partido, lugar donde se preparaban las grandes recetas clientelares del PSOE-A por parte de los dos grandes chef del socialismo sureño: Luis Pizarro y Gaspar Zarrías. Apoyados en su tarea por algunos consejeros y/o secretarios generales provinciales, todos con vara de mando entorno al gobierno o el partido.


-Griñán y los fantasmas.


El presidente Griñán vuelve a reencontrarse en su camino con viejos fantasmas del pasado y también con Paco Vallejo, el único miembro del ejecutivo saliente de Chaves que, en la Casa Rosa, le discutió la propuesta de seguir de consejero que le pareció poco. Vallejo se creía merecedor de una vicepresidencia económica que, obviamente, Griñán no contemplaba. Paco Vallejo, cuentan que bastante indignado, no aceptó seguir en el gobierno, salió dando un portazo y no hizo ruido.
Su gran protector, Gaspar Zarrías, al ladito de Manolo Chaves en Madrid, anotó ese día en su libreta de agravios contra Griñán lo que le hizo a Paco, dejándolo fuera del gobierno. No se lo merecía. Uno de los mejores currículos políticos del socialismo andaluz, alcalde, consejero de Salud, Innovación, Obras Publicas y Transportes, Senador, Diputado, aplaudido por la CEA de Lele Colunga y por los sindicatos.
De la misma forma que meses después, cuando Griñán hizo su primer gobierno ya sin la tutela de Chaves, también anotó Zarrías  en su abultada bitácora de agravios contra Pepe Griñán lo sucedido con su amigo Martín Soler, otro que también le plantó cara al presidente rechazando Empleo o Medio Ambiente, o las dos, que eso nunca se aclaró. Soler pretendía seguir en Innovación (donde sustituyó a Vallejo tras el portazo) o nada. Salió del gobierno y, además, le arrebataron el poder orgánico en Almería echando a Diego Asensio.
En el fondo y bien mirado, Griñán quitó de la circulación a dos de los nombres con más peso que tanto Luis Pizarro como Gaspar Zarrías, o sea Chaves, tenían en mente para liderar el partido y el gobierno tras la que consideraban iba a ser una breve transición de Pepe Griñán camino de la jubilación.
Desde las filas del gobierno se han limitado cortésmente a destacar “la honorabilidad y el esfuerzo”  de Vallejo en Innovación, nada más traspasar su nombre la ventanilla de Registro del Parlamento. Eso sí, Antonio Ávila no ha querido poner la mano en el fuego por Paco Vallejo, una “práctica medieval” que le gusta al PP, argumentó para no acercarse a la hoguera.
Desde la oposición, parece que sorprendida por el cariz que empieza a tomar el Caso Invercaria, se calientan los típicos motores de desgaste y en el PP empiezan a aplicar el manual de la ofensiva EREs. Se nota que de este caso no manejan tanta información como del otro.
En IU no han hablado prácticamente. Diego Valderas sabe que el Caso Invercaria tiene calado político (también del otro) y que su coalición no podrá ser tan contemporizadora con el PSOE como con los Eres. A ver que hace Mai, (Maillo) el nuevo coordinador, precedido de fama de tipo sensato, riguroso y sin dobleces. Al fin y al cabo será la herencia de sus socios, su problema, se desmarcarán llegado el momento y esta vez parece que con ruido.
La cuarta fuerza política por número de votos, UPyD, no existe en Andalucía en el combate contra la corrupción, aunque según Rosa Diez podrían denunciar, en breve, a una extinta caja de ahorros andaluza y a su ex presidente.
Convendrá, no obstante, recomendar prudencia y paciencia ante este llamativo sumario por corrupción que afecta a uno de los pilares – Invercaria/Innovación- de las sucesivas modernizaciones de la era Chaves en la Junta. Podrían salir cosas sorprendentes de esta Causa, salpicada con nombres de gente muy diversa en toda la comunidad. Y es que el Caso Invercaria no es el Caso Eres, aunque lo parezca.

Este artículo se ha publicado en Andalucesdiario

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