Francisco Vallejo, diputado socialista por Jaén, su
provincia de origen, posee todas las papeletas para que el discreto y tenaz
magistrado Juan Gutiérrez Casillas, que instruye el Caso Invercaria, decrete su imputación y el caso sea remitido al
TSJA por la aparición de un aforado.
De momento el juez ha solicitado al Parlamento información
sobre si sigue siendo protegido como parlamentario quien, desde el Consejo
Rector de IDEA, aprobó en su día dos subvenciones al frustrado proyecto FIVA. Paso previo, se asegura,
para que Paco Vallejo tenga que responder ante la Justicia de su paso por el
macro departamento estrella del último
gobierno de Manuel Chaves, la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa.
En este asunto de FIVA nadie, todavía, ha explicado de forma
convincente cual fue el verdadero destino del millón y medio de euros para un
proyecto de internet que nunca se puso en marcha. Pero que era atractivo según sus
promotores. Los imputados han echado la culpa a la falta de apoyo de
Innovación, desde donde precisamente se dio el visto bueno al kilo y medio de
dinero público para la “bonita idea” de Ferias Virtuales de Andalucía. Y a falta
de una explicación que justifique lo sucedido por parte del Gobierno andaluz,
habrá que seguir confiando en la Justicia para que lo clarifique ante la sociedad
andaluza.
-A iniciativa de la
Fiscalía.
Este asunto de Invercaria, conviene recordarlo, no ha
surgido a raíz de una denuncia desde las filas de la política, los empresarios,
los sindicatos o el periodismo. Fue concretamente desde la Fiscalía Superior
del TSJA cuando, a raíz de determinadas informaciones en la prensa citando un
informe de la Cámara de Cuentas sobre la empresa de capital riesgo de la Junta,
Jesús García Calderón, su titular, solicitó oficialmente copia del informe al
tribunal fiscalizador de las cuentas públicas. Tras su lectura con detenimiento,
se procedió de oficio a la realización de algunas indagaciones por parte de la
Unidad Adscrita de Policía Judicial. Tras comprobar la posible existencia de
delitos, se ordenó la judicialización del caso.
Sucedía esto antes y al margen de otro sonoro escándalo en
Invercaria, este explotado electoralmente por el PP junto al de los Eres antes del
25M y que consistió en publicitar a tope la grabación privada realizada por un
directivo de la empresa pública, Cristóbal Cantos, con la entonces presidenta
de Invercaria Laura Gómiz. Aquel archivo en Mp3,
con la conversación de ambos, fue distribuido por el PP desde la calle San
Fernando de Sevilla a las centrales de los medios de comunicación en Madrid
para su publicación, calentando entonces enormemente la campaña y logrando de
paso un gran impacto y numerosas portadas, especialmente en los medios
alineados con la derecha.
Pero aquella historia, cuyo recorrido judicial fue corto en
la Sala de lo Social a cuenta del despido de Cantos, quedaría diluida y casi
olvidada con el paso del tiempo para el gran público. Solo se volvió a sacar el
tema hace unas semanas, cuando el PP propuso para un alto cargo en la Zona
Franca de Cádiz al denunciante Cantos.
Sin embargo, la denuncia de los fiscales ante el magistrado Gutiérrez
Casillas en Sevilla, avanzaba lentamente desde hacía tiempo, logrando desenmarañar
poco a poco un conjunto de prácticas de gestión muy parecidas, por lo que se
está viendo, a las desarrolladas en la Consejería de Empleo y otras áreas poco
transparentes de la Junta. Los controles brillaron por su ausencia y reinó en
muchos casos la discrecionalidad en las aportaciones dinerarias a terceros. También
aquí parece que ha sido una constante caprichosa el atender, sobre todo, a la
familia y a los amigos.
Para poner en marcha Invercaria, Francisco Vallejo puso
sobre la mesa el nombre de un viejo conocido suyo llamado Tomás Pérez
Sauquillo. Un fichaje estrella, se dijo. Un personaje que al salir de declarar
durante horas ante el juez resumía lo que le había dicho proclamando que era
una víctima de la lucha entre los partidos políticos. Por cierto, más o menos
lo que han dicho algunos de los imputados estos días en el juicio por el Caso Rilco en la Zona Franca de Cádiz.
Pero la coincidencia del modus
operandi tanto en Empleo como en Innovación, lo que viene a dejar en
evidencia es una singular manera de gestionar los bienes públicos incrustada en
el ADN del equipo socialista gobernante, especialmente en los últimos veinticinco
años de gobierno en la Junta. Quien no quiera verlo es que le interesa ver otra
cosa o, sencillamente, no se ha parado a pensar en las actuaciones y
comportamientos políticos de muchos dirigentes, repasando la historia reciente
del gobierno autonómico andaluz y poniendo en paralelo las verdades judiciales
que se van conociendo. Muchas cosas empiezan a cuadrar.
De ahí que, desde una estricta perspectiva política, se
pueda concluir afirmando que el presidente de la Junta se enfrenta, una vez
más, a la tarea de defender una política y un teatro de operaciones donde tuvo
formalmente un papel, sí, como
responsable económico en calidad de Vicepresidente, aunque también se sabe que
no frecuentaba las cocinas de los sótanos del partido, lugar donde se
preparaban las grandes recetas clientelares del PSOE-A por parte de los dos
grandes chef del socialismo sureño:
Luis Pizarro y Gaspar Zarrías. Apoyados en su tarea por algunos consejeros y/o
secretarios generales provinciales, todos con vara de mando entorno al gobierno
o el partido.
-Griñán y los
fantasmas.
El presidente Griñán vuelve a reencontrarse en su camino con
viejos fantasmas del pasado y también con Paco Vallejo, el único miembro del
ejecutivo saliente de Chaves que, en la Casa Rosa, le discutió la propuesta de
seguir de consejero que le pareció poco. Vallejo se creía merecedor de una
vicepresidencia económica que, obviamente, Griñán no contemplaba. Paco Vallejo,
cuentan que bastante indignado, no aceptó seguir en el gobierno, salió dando un
portazo y no hizo ruido.
Su gran protector, Gaspar Zarrías, al ladito de Manolo
Chaves en Madrid, anotó ese día en su libreta de agravios contra Griñán lo que
le hizo a Paco, dejándolo fuera del gobierno. No se lo merecía. Uno de los
mejores currículos políticos del socialismo andaluz, alcalde, consejero de
Salud, Innovación, Obras Publicas y Transportes, Senador, Diputado, aplaudido
por la CEA de Lele Colunga y por los sindicatos.
De la misma forma que meses después, cuando Griñán hizo su
primer gobierno ya sin la tutela de Chaves, también anotó Zarrías en su abultada bitácora de agravios contra
Pepe Griñán lo sucedido con su amigo Martín Soler, otro que también le plantó
cara al presidente rechazando Empleo o Medio Ambiente, o las dos, que eso nunca
se aclaró. Soler pretendía seguir en Innovación (donde sustituyó a Vallejo tras
el portazo) o nada. Salió del gobierno y, además, le arrebataron el poder
orgánico en Almería echando a Diego Asensio.
En el fondo y bien mirado, Griñán quitó de la circulación a
dos de los nombres con más peso que tanto Luis Pizarro como Gaspar Zarrías, o
sea Chaves, tenían en mente para liderar el partido y el gobierno tras la que
consideraban iba a ser una breve transición de Pepe Griñán camino de la
jubilación.
Desde las filas del gobierno se han limitado cortésmente a
destacar “la honorabilidad y el esfuerzo” de Vallejo en Innovación, nada más traspasar
su nombre la ventanilla de Registro del Parlamento. Eso sí, Antonio Ávila no ha
querido poner la mano en el fuego por Paco Vallejo, una “práctica medieval” que
le gusta al PP, argumentó para no acercarse a la hoguera.
Desde la oposición, parece que sorprendida por el cariz que
empieza a tomar el Caso Invercaria,
se calientan los típicos motores de desgaste y en el PP empiezan a aplicar el
manual de la ofensiva EREs. Se nota que de este caso no manejan tanta
información como del otro.
En IU no han hablado prácticamente. Diego Valderas sabe que
el Caso Invercaria tiene calado
político (también del otro) y que su coalición no podrá ser tan
contemporizadora con el PSOE como con los Eres. A ver que hace Mai, (Maillo) el nuevo coordinador,
precedido de fama de tipo sensato, riguroso y sin dobleces. Al fin y al cabo
será la herencia de sus socios, su problema, se desmarcarán llegado el momento
y esta vez parece que con ruido.
La cuarta fuerza política por número de votos, UPyD, no
existe en Andalucía en el combate contra la corrupción, aunque según Rosa Diez
podrían denunciar, en breve, a una extinta caja de ahorros andaluza y a su ex
presidente.
Convendrá, no obstante, recomendar prudencia y paciencia
ante este llamativo sumario por corrupción que afecta a uno de los pilares –
Invercaria/Innovación- de las sucesivas modernizaciones de la era Chaves en la
Junta. Podrían salir cosas sorprendentes de esta Causa, salpicada con nombres
de gente muy diversa en toda la comunidad. Y es que el Caso Invercaria no es el Caso
Eres, aunque lo parezca.
Este artículo se ha publicado en Andalucesdiario
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