domingo, 8 de noviembre de 2009

LOS “PIZZINIS” DE JUAN ENCISO

El todavía alcalde de El Ejido, Juan Enciso, en prisión incondicional tras el inicio de la Operación Poniente hace 19 días, está convencido de su inminente puesta en libertad. Así al menos lo sostienen sus familiares, amigos e incluso su abogado quien se dispone efectuar la correspondiente solicitud excarcelación ante la Jueza instructora, Montserrat Peña. Enciso se cree inocente, víctima de un error, o de una conspiración contra él, su pueblo, su familia y su partido el PAL. El edil y el resto de sus socios y amigos permanecen en el denominado “Módulo de Respeto” de la prisión de El Acebuche en Almería. Están muy bien atendidos.

De momento Enciso mantiene su cargo como alcalde y, se asegura, que desde la cárcel – asesorado como siempre por su Interventor accidental Pepe Alemán- enviaría “papelitos” a través de los familiares que le visitan a Ignacio Berenguel, en funciones de alcalde de El Ejido, miembro del PAL. Una técnica, la de los “pizzini” , pedacitos de papel, que el ultimo “Emperador” de la Cosa Nostra, Bernardo Provenzano, utilizó durante años con éxito desde su escondite, en el pequeño pueblo de Corleone, desde donde dirigió la organización.

La salida el pasado viernes de El Acebuche del empresario Ambrosio Cuevas, tras reunir en un plis plas, - como todos - cien mil euros de fianza, ha ayudado a alimentar entre los allegados del clan el lógico deseo de la libertad de Enciso y del resto de presidiarios de la trama.

A todo esto, desde la emisora municipal, sus locutores a sueldo, siguen lanzando mensajes a la población sobre las bondades de Enciso, su inocencia y la de favores que les deben en el pueblo quienes, ahora, (reprochan a esos ejidenses), “miran para otro lado”. Y, además, no paran de hacer llamamientos a la Fiscalía para que, “ya que están en Almería”, “investiguen al alcalde de Roquetas, Gabriel Amat”, del que aseguran que posee más de 170 sociedad, “algunas en Portugal, investiguen, investiguen de una vez al Sr Amat Sres fiscales” afirman machaconamente a diario a través de Radio Ejido. Emisora del clan que, tras la ruptura PSOE-PAL, se ha quedado sin señal de ACL-Radio, la cadenilla provincial pública, al margen de Canal Sur Radio,que el PSOE les dejó controlar al plantearlo como una de las exigencias políticas del PAL a cambio de la Diputación.

Dejando por sentado que, en este sumario, los periodistas y la opinión publica estamos “cazando moscas”, que no sabemos casi nada, (de momento solo intuimos), convendrá remarcar que la información barajada hasta ahora coincide, sustancialmente, con el grueso de las denuncias que en febrero de 2007 vieron la luz periodísticamente y que, ocho meses después, dieron pie al inicio oficial de las investigaciones en el ámbito judicial por parte de la Fiscalía del TSJA.

Si algo hubiese que destacar del trabajo de dos años de la Policía Judicial y la Fiscalía Anticorrupción, sería, sin duda, su discreción y absoluto hermetismo.

A lo largo de más de veinte meses, quienes sabíamos el reguero de corruptelas sobre los que se investigaba, por haberlas detectado antes que la Justicia, nunca tuvimos ni una sola confirmación de lo que hacía o dejaban de hacer los investigadores. Lógico, en un proceso tan “complejo” cualquier cabo suelto, un error o cualquier filtración, podría ser utilizado a la postre por los imputados para solicitar la anulación de las pruebas. Y ese aspecto parece que se ha cuidado mucho. Ahí quedaron como ejemplo reciente, anuladas, las grabaciones “más sensibles” del Caso del Juez Urquía.

A veces se tuvo la impresión en estos meses que los investigadores se preservaban tanto y con tanto sigilo que incluso altos funcionarios de la administración de Justicia no fueron capaces nunca de detectar absolutamente nada de lo que en realidad estaba sucediendo en las pesquisas entorno al clan del Poniente. Jueces y fiscales, amigos del clan – que los tienen- siempre les tranquilizaron negándoles la existencia de las investigaciones de las que hablaba la radio y la prensa.

A finales de septiembre pasado, miembros del gobierno andaluz, estaban convencidos de que el archivo de las diligencias era cierto y que “en El Ejido no había nada de nada”. El clan también lo creía, excepto Pepe Alemán, que siempre mantuvo la cabeza fría hasta el final, intuyendo próximo, según sus allegados, el fin de su carrera de lujo y dinero. Al final supo que su gran error fue creer que era el PP el que manejaba los hilos de “la conspiración político mediática”. Quizás lo pensó porque no le quedaba otra salida, aunque sabia que era falso porque un amigo suyo del PP se lo juró mil veces y, dicen, que está grabado.

Como máximo y crípticamente tan solo se supo en estos dos años, de forma oficial, que la operación siempre se mantuvo abierta, que estaba “resultando muy compleja y difícil”. También que, en un determinado momento se nos dijo, “ya no cabe la marcha atrás, y cuando se sepa lo que hay, se entenderá por qué no hay punto de retorno” . Y se supo también que “habían demasiados teléfonos pinchados”.

Ni que decir tiene que el sistema de escuchas Sitel (ese que compró Angel Acebes y ahora usa Alfredo Pérez Rubalcaba) ha tenido que causar estragos en la intimidad de centenares de personas (y personalidades) que han tenido contacto con el núcleo duro del clan en estos años. (Por cierto, hay un verdadero acojone general con las grabaciones, a ver.)

Hay quien sostiene que, las declaraciones de Cándido Conde Pumpido en la primavera pasada en Almería, confirmando que la investigación sobre la empresa El Sur y el ayuntamiento de El Ejido, seguía abierta, calificándola también como investigación “larga y compleja”, fue en realidad “un aviso” a la clase política en general y al PSOE en particular, para que extremaran sus precauciones en el contacto con los miembros de la trama. Recuérdese que la Operación Poniente tiene un trasfondo político muy considerable y que afecta de lleno a los dos grandes partidos, PP y PSOE, por este orden, aunque los daños colaterales a cada uno estén aún por evaluar.

Aquellas declaraciones del Fiscal General empezaron a inquietar a algunas de las cabezas mejor amuebladas del clan. No fue el caso de Juan Enciso quien, hasta una semana antes de que a su casa llegase de mañana la policía en vez del lechero, sostuvo públicamente desde su radio que las investigaciones de Fiscalía estaban archivadas, “ y no han encontrado nada de nada, somos un ayuntamiento saneado, somos la envidia de todos” y, de paso, atacaba ferozmente a los políticos, periodistas y medios que habían venido informando en estos años de esas investigaciones que, para él, estaban más que archivadas, por ser denuncias falsas y porque lo decía él...y sus fuentes judiciales.

Ayer, el Diario de Almería, citando fuentes de la investigación informaba que Enciso y Alemán se comerán seguramente los polvorones en El Acebuche. Todo apunta, por tanto, a que la operación acaba de empezar y que está en pañales. Que la jueza Peña es concienzuda y que revisa los más de 30.000 folios que acumula la instrucción de la causa, tras recibir ayuda para su juzgado habitual. Todo lo cual nos lleva a concluir que vienen de camino más detenidos y más imputados en lo que algunos ya denominan la “segunda fase” de la Operación Poniente.

Es posible, incluso, que asistamos a un tercer estadio de este caso, intuyo que galáctico, con algún que otro nombre rimbombante de la política española pillado con el carrito de los helados y sin guantes para aguantar el frío siberiano. Si llega, será cuando en realidad sepamos todos el verdadero alcance penal, económico y político de lo que empezó a indagarse oficialmente la fría madrugada de un miércoles, 7 de noviembre de 2007, en Granada.

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