Lo hemos conseguido, ahí está, ahí tenéis el metro después de 33 años de espera, de marcha atrás y túneles sin salida. Así se ufanaba el presidente de la Junta ayer, tras dar la orden al capataz de turno y que empezase el carrusel de vagones por el subsuelo aljarafeño y sevillano. Quedaba inaugurado el metro de Sevilla, o sea, la primera linea y que no para en algunas estaciones, de momento.
No es justo que el presidente de la Junta se atribuya junto a su partido la recuperación del proyecto y ejecución del metro sevillano de forma casi exclusiva. El mérito político no es del PSOE, la medalla yo se la colocaba a Alejandro Rojas Marcos quien, con su maltrecho partido detrás, impuso el metro como cuestión irrenunciable para alcanzar un primer pacto de gobierno estable entre el PSOE y PA. Ante tanta celebración y tiros largos – ay, como se están poniendo los “correas” del PSOE- la memoria está más frágil y el boato junto la grandilocuencia no deja ver el rastro de la verdadera historia de un proyecto de mucha gente, sí, con mucha desidia también. Pero si no hubiese sido por Rojas Marcos, desde luego los socialistas no parecían dispuestos a meter más marcha al metro que a la deuda histórica. Entre otras cosas porque aún hoy todo el mundo recuerda aquella campaña que el alcalde Manolo del Valle y su asesor de imagen Rogelio Delgado impulsaron para enterrar el metro bajo el lema “el metro, un túnel sin salida”.
Fue el PA el que logró arrancar pasados los años, siendo bisagras para gobernar la Junta de Andalucía, el compromiso y la dotación presupuestaria para la recuperación del metro. Quien diga lo contrario no se ajustará a la verdad de la historia. Honores inaugurales, por tanto, a la paciencia del pueblo de Sevilla esperando 33 años un metro y medio. (el tranvía) y a Alejandro Rojas Marcos por haber sido el político que dio el impulso final a esta realidad que hoy cumple su primer día.
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