El XI congreso regional de los socialistas celebrado este fin de semana en Granada ha sido algo más que un congreso. Ha sido, nada más y nada menos, que el final de una etapa del socialismo andaluz y el inicio de una nueva con grandes incertidumbres, donde se ha desnivelado definitivamente el difícil equilibrio de poder que históricamente viene avalando al PSOE-A como una gran organización política que, elección tras elección, viene ganndo a la derecha en las urnas desde hace tres décadas. Tras este congreso, plagado de incógnitas y desgarros internos, subyace la principal interrogante: quién va a suceder a un Manuel Chaves cansado, quizás agotado y que no se ha ido por culpa, dicen, de un Gaspar Zarrias que ha acojonado literalmente a Pepe Blanco y a Rodriguez Zapatero vaticinándoles grandes calamidades internas y electorales en Andalucía “sI Manolo se va de la secretaria general”. Me aseguran que el presidente estaba mentalizado para pasar a un segundo plano en el partido, dejárselo a Pizarro, pero que Madrid le presionó para que continuase, tal y como ha sucedido. Las cosas entre Zarrias y Pizarro están peor que nunca.
ZARRIAS-PIZARRO: CHOQUE DE TRENES
Claves sucesoria que de forma soterrada y muy al estilo de los congresos socialistas ha hecho aflorar una nueva situación verdaderamente inquietante para la izquierda y que podría desembocar con la llegada a la Junta, por vez primera, de la derecha en 2012.
Dos dirigentes socialistas, dos pesos pesados, Luis Pizarro y Gaspar Zarrias, son las referencias visibles de una forma de entender y practicar la política en el seno del PSOE-A bajo el reinado de ZP. El primero ha resultado ser el gran vencedor del congreso, aglutinando los puestos claves con sus fieles y leales en la ejecutiva regional y asumiendo la Vicesecretaría del partido. Pizarro ya es el número dos de facto en los papeles. (Llegó incluso a ser el más firme candidato a suceder a Chaves en la Secretaria General, pero se hubiera montado y gorda a las orillas del Darro, según Zarrias). Y no solo eso. Pizarro, con Manuel Chaves respaldándole, ha laminado a la disidencia en las dos provincias más importantes y conflictivas, Sevilla y Málaga, sectores críticos que Pizarro ha dejado arrinconados en la cuneta de los congresos provinciales de este próximo fin de semana. Ganarán los candidatos apoyados por Pizarro, Miguel Angel Heredia en Málaga y Jose Antonio Viera en Sevilla. En el caso Malagueño el ninguneado ha sido el consejero de Turismo y en Sevilla el alcalde, el único edil que tiene el PSOE en una gran capital andaluza. Heridas que, en política, casi siempre tardan en curar y dejan enormes cicatrices. Ha resultado sorprendente la creación en el CER de la Secretaria de Turismo y Deportes y, más aún, el que se haya nombrado para el puesto a Ana Gómez, cesada recientemente como vice consejera de Turismo por Luciano Alonso y así mantener en ese puesto a Sergio Moreno, ex consejero de la transición marbellí del líder Plata. Por no hablar de la polémica figura de Salvador Pendón, presidente de la Diputación de Málaga, líder con Bustinduy del sector oficialista, condenado en firme por agresión en un asunto “particular”, pero colocado al frente del Urbanismo y territorio de la nueva ejecutiva regional. (¡Con la que está cayendo por Estepona!)
El segundo protagonista, Gaspar Zarrias, es también número dos de Chaves, pero en la Junta. Al presidente/secretario general le acaba de estallar, bajo la mesa camilla, la dualidad por él creada con sus dos hombres fuertes. Chaves se va y, lógicamente, se le busca sucesor en un bando y otro. Zarrias tiene sus candidatos, incluso él mismo podría ser el candidato in extremis, pero le ha salido al paso Luis Pizarro atizando candela a todo lo que huela a Zarrias, léase como ejemplo la alcaldesa de Jerez Pilar Gonzalez, cabeza visible de la cuña de Zarrías en Cádiz, feudo de Pizarro.
MONTESEIRIN MUEVE FICHA AMENAZANTE
Esta es en este momento la dura representación interna a la que asiste un Manuel Chaves convencido que su lenta retirada de primera línea proyecta una lucha a tres bandas por el control de la más importante agrupación del socialismo español.
Los movimientos de Zapatero y su entorno por hacerse con el control total del PSOE andaluz ya han sido detectados. De momento mandarán en Málaga, donde ganará Heredia, a su vez dirigido y controlado por Jose Andrés Torres Mora, hombre cercano a ZP del que fue uno de los impulsores a la secretaria general desde la corriente “Nueva Vía” y su jefe de gabinete desde el 2000 al 2004. Málaga, por tanto, seguirá descontrolada para San Vicente.
¿Qué pasará en Sevilla donde se ha premiado al “desertor” de Monteseirín, Emilio Carrillo, con un puesto en la ejecutiva regional? El alcalde en veinticuatro horas ha movido ficha filtrando que ya tiene sustituto para Carrillo en la persona del ex viceconsejero de Turismo del PA, Javier Aroca. Algo que también puede indicar que la guadaña del cese puede llegar para una de las cabezas más brillantes y menos sectaria del equipo de Monteseirín.
También hay que preguntarse por qué no se han cumplido los compromisos previos contraídos, dejando la bronca para los congresos provinciales, y actuando con voluntad integradora en el regional de la misma forma que se hizo cuando el federal, optando Pizarro finalmente por gasear a la disidencia critica. Un congreso regional integrador quizás hubiese dejado puertas abiertas de última hora para buscarla esa misma integración en los congresos provinciales. Tras lo sucedido en el congreso de Granada, eso es imposible.
EL XI CONGRESO MARCA EL 2011 POLITICO
Desde luego no tiene buena pinta el escenario que brinda el socialismo andaluz tras un XI congreso en el que la división interna territorial resulta más que evidente. Por vez primera asistimos a una serie de improvisaciones a las que el PSOE no nos tenía acostumbrados. Por ejemplo una consejera de trimestre, Mar Moreno, obligada a dimitir por el presidente que no aceptó la compatibilidad de cargos en la Federal y en la Consejería de Obras Públicas. Por cierto, es el segundo rejón de castigo a una mujer que ha crecido políticamente con banderillas en la plaza de San Vicente. Las primeras cuando intentó montar su propia red en el seno del partido desde la vicesecretaria general, castigada entonces por Chaves y Pizarro. Y ahora, mandándola irremediablemente a Madrid.
Para concluir este análisis de urgencia permítanme dos vaticinios, primeras consecuencias casi seguras de lo que ha sucedido en el XI congreso del PSOE-A.
Predicción primera: Juan Ignacio Zoido será alcalde de Sevilla en 2011.
Predicción segunda: En 2011 el PSOE perderá la diputación de Málaga.
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