lunes, 4 de diciembre de 2006

MARBELLA Y EL PODER JUDICIAL

Coincidiendo con las distintas fases de la Operación Malaya, se han alzado voces buscando responsabilidades aquí y allá por lo sucedido en Marbella. Para el PP, la culpa de lo sucedido la tiene la Junta de Andalucía, supervisor final de la política urbanística. El propio presidente, Manuel Chaves, se ha defendido recordando que su gobierno ha llegado a presentar 400 denuncias judiciales en estos años. Una defensa que evidencia un ataque del ejecutivo contra el poder judicial, del que, efectivamente, no se recuerda ningún auto de demolición en década y media. Sí se recuerdan los ágapes y fiestas que Jesús Gil otorgaba a la flor y nata de la Justicia española en unas jornadas jurídicas a todo tren. “No nos falléis, sois nuestra gran esperanza” les gritaba Gil a jueces y fiscales en los actos de clausura. Pero tampoco sería justo echar toda la responsabilidad de lo sucedido al Poder Judicial, entre otras cosas porque hay procedimientos y nombres en ese ámbito a los que conviene rescatar de la memoria como pioneros, víctimas incluso, en la lucha contra la corrupción. Nombres que dignifican el papel de la Justicia en los oscuros años del saqueo marbellí. Uno de esos jueces es Santiago Torres, al que solo protegió la prensa y que acabó marchándose de Marbella con el corazón en manos de los cardiólogos. Años antes, en la primavera del 93, una jueza tramitaba un asunto donde se mezclaban el urbanismo, una estafa, mafiosos italianos y un notable funcionario judicial llamado Juan Ramírez. El “Caso Casino” terminó con la expulsión temporal de la Carrera de Blanca Esther Diez. La sanción se produjo tras un severo procedimiento del TSJA del que fue ponente un magistrado progresista, hoy jurista en el Parlamento de Andalucía.

LUCHA DE CLANES JUDICIALES

La magistrada Blanca Esther Diez se topó con el oficial Juan Ramírez, verdadero poder fáctico del mundo judicial marbellí, como denunciara años atrás en una investigación interna el inspector del CGPJ Baltasar Garzón. La jueza conoció por testimonios aportados a la causa que Ramírez disfrutaba de cierta impunidad, conexiones con el Supremo y de un extraño poder delegado desde las más altas instancias judiciales del país. Blanca Diez pudo comprobar documentalmente cómo en una operación de venta de un apartamento en pleno centro de Marbella, propiedad del vicepresidente del CGPJ Jose Luís Manzanares, había actuado con poderes notariales su amigo el oficial Ramírez, para quien la magistrada había decretado días antes prisión preventiva en Alhaurín acusado de cometer diversos delitos. El “Caso Casino” acabó llamándose “Caso Blanca Esther Diez” y puso en pie de guerra a los clanes más politizados del máximo órgano de control y gobierno de los jueces españoles. Por aquellas fechas ya eran notables las soflamas del vicepresidente Manzanares contra la política judicial socialista, muy en línea con el PP. Hasta tal punto, que un destacado miembro del CGPJ, propuesto por el PSOE, pidió personalmente a la jueza por teléfono que siguiese adelante con las investigaciones, “Blanca, tranquila, que nosotros la respaldamos, siga investigando y caiga quien caiga” le manifestó. La inexperta jueza cometió varios errores procedimentales, sí, y aprendió también lo difícil que resulta a veces que la Justicia se investigue a sí misma.

SEVILLA: UNA DECLARACION SIN FISCAL

La pasada semana el ciudadano F.J.P.P. elevó una queja al CGPJ contra el titular del juzgado Nº 3 de Instrucción de Sevilla. La queja está motivada por el trato recibido al comparecer a declarar como denunciante en un asunto que afecta a intereses familiares de un ex magistrado y ex alto cargo del CGPJ. En la denuncia dice entre otras cosas : “Al ser citado en calidad de Denunciante/Perjudicado, el 23 de noviembre del presente comparecí con mi abogado, no permitiéndole su presencia, indicando el Sr. Juez, (C.LL.), que al haber denunciado de forma personal sin procurador ni abogado, me tomaba declaración solo. En el acto de la misma, y en presencia del letrado de la parte denunciada, el Sr. Juez, me interrogó de forma coactiva sobre mi persona, no profundizando en los hechos denunciados, recriminándome mis relaciones con la prensa, e indicándome, que yo había roto las reglas por denunciar sin abogado ni procurador, a lo que le indiqué mi carencia de recursos económicos. Al indicarle y mostrarle que los hechos denunciados, ya lo habían sido en marzo del 2.006 ante la Fiscalía y posteriormente en septiembre, me dijo tácitamente que ni se habían investigado ni se investigarían. Tras indicarle que me trataba como un imputado, en lugar de denunciante, me dijo que era porque le estaba mintiendo. Me sorprendió enormemente que no estuviera presente el Sr. Fiscal…”.



SISMOGRAMAS

Uno. Se paraliza “el proceso”. Crece la alarma general en los ámbitos malayos. Atentos, puede que en breve llamen a “la otra”.

Dos. Chaves abrirá crisis después de Reyes: Paulino, ¿Isaías, Concha…?

Tres. Llega el relevo en la FIBES. A Felipe Luís Maestro le sustituirá un hombre de máxima confianza de Santiago Herrero.

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