Para las partes se abría la posibilidad, 25 días después de
las detenciones practicadas el 18 de abril, de conocer quién es quién y de qué se acusaba a cada uno en el contexto de
esta extraña, compleja y misteriosa operación judicial que tiene como escenario
Almería, bajo el nombre de Operación Tres Reyes.
El contenido de este artículo debiera ser entendido más como
un intento de puesta a punto entre los datos hallados hasta ahora en las
pesquisas periodísticas, con los que contempla el sumario. Sustancialmente,
dato más, dato menos, lo que les he contado hasta ahora lo corroboran, en lo
fundamental, las actuaciones que obran en la Causa. Evidentemente con novedosos
detalles secundarios que conviene conocer por la opinión pública. Así como la constatación de un
contexto político del que, tangencialmente, también dan cuenta las actuaciones. Al
mismo tiempo intentaré una interpretación periodisica de aquellos datos y valoraciones
que arroja este farragoso sumario.
En honor a la verdad cabe reconocer el error de ubicación de
los casi 130 millones de dinares iraquíes en papel moneda que, en vez de estar
en El Ejido (lo estuvieron tiempo atrás) permanecen en la actualidad en una
cámara especialmente acondicionada de Securitas en Madrid.
-Una banda
jerarquizada
Los investigadores, en concreto el Sargento de la Policía
Judicial de la Guardia Civil que lleva este asunto desde hace casi cuatro
meses, parece convencido como instructor de un par de cuestiones básicas que
sobresalen sobre todas las demás.
La primera que el núcleo de la banda lo integran personas
jerarquizadas, a las órdenes de uno que ejerce las funciones de jefe. La
segunda y también llamativa: desde el minuto uno de las diligencias, los
investigadores, rechazan de plano la supuesta pertenencia real de ese núcleo de
personas al Centro Nacional de Inteligencia. Las credenciales del CNI de las
que eran portadores, para la Guardia Civil, son supuestas falsificaciones desde el primer
momento. En la Causa, no obstante, está solicitada una peritación, que la jueza
ha vuelto a reiterar para que se determine si las placas son auténticas o
falsas.
Para volver a situar al lector en esta compleja trama,
parece oportuno repasar, uno por uno, a los protagonistas de esta investigación
que, para entenderla un poquito tan solo, convendrá contextualizar algo más. Algo que,
obviamente, no pueden realizan los investigadores, centrados exclusivamente en las
andanzas de la banda con “los de Almería”
y, de forma muy especial en el papel desempeñado por el Abogado del Estado
Demetrio Carmona.
-Personajes y su
circunstancias
-José Antonio Mateos
Acedo, supuesto capitán el Ejército y del CNI, actualmente en prisión y
considerado jefe de la trama. Abad, el conseguidor, le llama “Mi general”.
-Ignacio Flores
Bertomeu, supuesto colaborador del CNI, a las órdenes del anterior como
numero dos. Es quien pone en contacto al Abogado del Estado de Almería con el
jefe del grupo.
-Luis Miguel Greña,
también supuesto colaborador de “La Casa”
y tercero en el escalafón del clan. Ha sido comercial y colabora con su amigo Nacho.
-José (Josep) Abad
Marcos, en prisión, el conseguidor, también a las órdenes de Acedo, tiene
contactos importantes en la política y las finanzas. Le llaman “Almirante”. Tipo con don de gentes y gran
capacidad teatral, dominando siempre la escena. Los investigadores le nominan
en italiano – Giuseppe- en vez de Josep,
tal y como le llaman en catalán.
-Demetrio Carmona, Abogado
del Estado. Contacta con el grupo, entre otras cosas, para que le lleven al
mismísimo ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón y resolver sus problemas
en la Abogacía del Estado almeriense, cosa que no logra. A lo máximo que llega
es a entrevistarse con “la hija del
ministro”, la directora general de los Abogados del Estado, Marta Silva,
hija Federico Silva Muñoz, estrecha colaboradora de Ruiz Gallardón. Uno de los
investigados llega a sugerir sacarle un dossier a la Sra Silva y que tenga que
dimitir a consecuencia de ello. Los investigadores sin embargo creen que hablan
de la sustituta de Carmona en la Jefatura de Abogados de Almería. A Carmona le
mandan a Josep Abad para que le abra
puertas entre los politicos del PP, pero sobre todo para que le “arregle” ciertos litigios de su familia
con otros socios conflictivos, especialmente Estanislao Berruezo y Antonio
Subiela, que en este sumario aparecen como víctimas de extorsión, amenazas y
chantajes. Es Demetrio, además, el que presenta al empresarios de los dinares, Rodríguez
Lozano, para la venta del camión de billetes. De hecho Carmona participa en
diversas conversaciones al respecto, sin que quede constancia de que fuese a
cobrar comisión alguna en la operación.
-Rogelio Vargas,
abogado, amigo y socio de Demetrio Carmona. Es al único que la banda consigue
sacarle pequeñas cantidades de dinero, amén de dejarle un facturón de 2.200
euros en coches y hoteles de alguno de ellos en la Agencia de Viajes de El
Corte Ingles.
-Ángel Morales,
empresario del sector inmobiliario, con intereses comerciales en Rumanía junto
a Vargas, a donde viajan a menudo porque tienen allí intereses comerciales. En
uno de esos viajes, con una amplia delegación empresarial, le acompañó Nacho
Flores, el “espía” oriundo de Mojácar,
el mismo que según cuenta habría estado “infiltrado”
en el corazón de Marsans en el asunto de los pagarés. (Por cierto que en uno de
esos viajes coinciden en Rumanía con un socialista jubilado actualmente de la
política, hoy colaborador de una consultoría para la que trabaja desde su
vuelta a la vida privada).
-Antonio Subiela,
empresario de Mazarrón, Murcia, dice que amenazado y extorsionado por Abad,
socio de la familia Carmona que le acusan de haberles robado en la sociedad que
tenían conjuntamente. Nada más arrancar la negociación Abad provoca a Subiela
diciéndole a Carmona en sus narices que a ver cuando le paga lo que le debe
Subiela, que Subiela vive a su costa “como
un marqués”. El conflicto sigue judicializado y enquistado.
-Estanislao Berruezo.
Dueño del imperio Promobys, potentado empresario del Levante almeriense, con
intereses en el sector del juego, ex socio de la familia Carmona, también como
Subiela en conflictos judiciales con ellos desde 2007, con denuncias y amenazas
de por medio. En alguna conversación dicen de él que tiene importantes “amigos
en la Guardia Civil”. Con Berruezo directamente contacta el jefe de la banda, José
Antonio, al margen del clan Carmona que seguía con Abad sus negociaciones.
Nacho Flores llega a establecer una cita con Berruezo para el mismo día que les
detuvieron, el jueves 18 de abril. “Encantador,
ha estado encantador” acaba contando Acedo tras hablar con Berruezo. Nacho,
a través de su padre en Mojácar, amigo de Berruezo, es quien organiza el
encuentro con el de Promobys, con el que pretendían Acedo y Flores negocios
futuros.
-José Morales Ruiz,
empresario dueño de contratas de limpieza en Málaga, con problemas con la
Inspección de Trabajo. Hacen gestiones para arreglarlos y “Moralón” no solo les
da dinero a cambio, hasta 400 mil euros, sino que constituye una sociedad con Acedo para montar un despacho ( dicen que
bendecido por el CNI) en Málaga, con sucursal en Toledo.
-También aparece en la historia como testigo/perjudicado un Inspector de Trabajo y SS de Málaga,
que ofrece a Acedo información confidencial sobre varias inspecciones, tras
identificarse como agente de La Casa.
-El Abogado en su laberinto.
-Demetrio Eduardo Carmona del Barco, ha sido Abogado del
Estado en Almería desde hace 25 años. A mediados de 2012 se cree objeto de una
persecución en su puesto, una operación de acoso y derribo en toda regla, cree
que por parte de altos funcionarios de la Agencia Tributaria y Abogacía del
Estado tanto de Sevilla, Granada y Almería. Tras estos funcionarios que le
investigan hasta tumbarle de la jefatura, sostiene Carmona, se encontraría
la larga mano de su viejo enemigo Estanislao Berruezo, su principal adversario a
cuenta de un millonario litigio entre familias. De hecho
Berruezo ya le denunció en 2007 ante la Fiscalía Anticorrupción y Carmona fue sometido a una intensa
investigación por el Fiscal Gázquez, de la que no tuvo constancia oficial, y
que quedó archivada al no poderse probar las acusaciones de Berruezo, según un
Auto de la Audiencia. La Fiscalía adoptó entonces una actitud pasiva y no
siguió buscando en lo denunciado. Los nombres y
circunstancias de su vía crucis profesional interno fueron trasladadas en
varias ocasiones por el propio Carmona a su viejo amigo Gabriel Amat, hombre de
gran influencia en las alturas del PP y del Gobierno. Primero con dos o tres
reuniones a solas y una tercera, la última, acompañado por alguien a quien conoció
físicamente esa misma mañana -solo habían hablado por telefono- en la puerta de la Diputación, Josep Abad Marcos, poco antes de subir a
hablar con el presidente. También hizo lo propio ese mismo día con Andrés
García Lorca, Sub Delegado del Gobierno, con quien ya había mantenido varias reuniones
en su despacho oficial, dándole cuenta de comportamientos que, a su juicio,
podrían ser constitutivos de delito.
Carmona comprueba no obstante que de poco o de nada le
sirven sus llamadas de socorro a las autoridades provinciales y a la delegada
del Gobierno a través de uno de ellos, comprobando como llega, imparable, la
hora de su cese como Jefe por haber perdido la confianza del equipo de Ruiz
Gallardón, de la “hija del ministro” concretamente. Considerándose victima de
prácticas irregulares, delictivas y posiblemente teledirigidas desde fuera, se
agarra como un clavo ardiendo a uno de los personajes de la banda al que, casualmente,
conocen sus socios Vargas y Morales y que se ofrece a ayudar.
-“Mira Demetrio, este tío o es del CNI o tiene contactos muy altos”, le aseguran.
-“Mira Demetrio, este tío o es del CNI o tiene contactos muy altos”, le aseguran.
-Demetrio ¿Y el CNI?
Es cuando le presentan a Nacho Flores quien le pone en
contacto con su jefe en Madrid, José Antonio Mateos Acedo, un hombre, dicen,
con grandes influencias y mucho poder, especialmente en el entorno del Tribunal Supremo y en el
ministerio de Justicia, del que dependen los Abogados del Estado. También en la
gran banca. Le promete su ayuda y su intercesión, incluso le organiza una
especie de pantomima de entrevista con Ruiz Gallardón que en el último momento
no se celebra, estando ya Carmona en las escaleras del Ministerio. Al ministro
le había surgido esa misma mañana un problema de agenda, le dijo Acedo
solemnemente. Pero que estuviese tranquilo, que sus asuntos ya los había
hablado él, Acedo, con el propio ministro, según le contó. Que estuviese tranquilo.
De esta forma cae Demetrio Carmona, entregado, en las redes
de la banda, deslumbrado por las demostraciones de poder real que durante estos
meses realizan sus miembros. Como por ejemplo echarle una bronca monumental
telefónica, supuestamente al Comisario de Málaga, por un asunto de una
extranjera. Y cansado, recuerda tras todo lo que ha pasado, de denunciar ante
las autoridades de Almería éstas y otras líneas de corrupción detectadas por
Demetrio Carmona, especialmente en delegaciones de varios ministerios. Al fin y al
cabo, debió pensar Carmona, los que le iban a ayudar eran “funcionarios” del Estado, los únicos que, finalmente, respondían a
sus oraciones y le estaban echando un cable. Pasaría poco tiempo, desde luego,
hasta que el cable acabaría convertido en soga.
Para la trama de supuestos espías, el Abogado del Estado es
un filón, una perita en dulce. Tiene apuros económicos, problemas familiares y,
parece, que patrimonio familiar. Conoce a mucha gente y, sobre todo, creen que
dado el volumen económico de sus litigios familiares, es un hombre al que se le
puede sacar mucho dinero. También parece que hay otro detalle que no pasa
desapercibido para la banda que pretenden acampar para sus negocios en el
sureste español, Almería, Granada y Málaga concretamente. Se convierten en sus objetivos algunos empresarios
con litigios judiciales de envergadura, que en esta ocasión aparecen como “victimas” según los investigadores de la GC, gente con dinero y también con historia, especialmente
en los juzgados. La banda cree que, este tipo de empresario con problemas con
la Ley, son más vulnerables que otros. Una de las víctimas confiesa que llega a
sentirse acojonado cuando le espetan en su cara un montón de datos
confidenciales (reales) de sus negocios dentro y fuera de España. El archivo
que parecen manejar para sus dosieres parece actualizado y al día. No les debe
pasar desapercibido el dato publicado en La Verdad de Murcia sobre uno de
ellos, el que pasa por ser el propietario del mayor camión blindado de
seguridad, cargado de billetes de 500, para pagar una operación en una notaría
de Murcia, en lo que se llamó “Operación Lila”.
-Desembarca “El
Almirante”.
La trama envía a Demetrio a uno de sus colaboradores, el
catalán Josep Abad, para que se haga
cargo, personalmente, de gestionar los conflictos societarios de la familia
Carmona. También para que le ayude a intentar una nueva entrevista con Ruiz
Gallardón, esta vez mediante los oficios de Gabriel Amat con el que concierta
rápidamente una entrevista el conseguidor, que demuestra conocer al presidente
de la Diputación ya que le tiene bien localizado en su agenda de contactos,
saludándose efusivamente, como si fueran viejos conocidos. El mismo Josep que no duda en mencionar en sus conversaciones
grabadas por la Guardia Civil nombres de políticos del PP local, provincial y
regional “con los que se queda mal por tu culpa” le dice al empresario
malagueño de la limpieza y que declararía que incluso les pagaba a la banda copas en los puti clubs.
Es en este contexto en el que aparece un grasiento y oscuro
pasaje donde los espías insinúan que podrían sacar los trapos sucios de una
mujer – Marta Silva- para perjudicarla en su puesto, que debería abandonar de
inmediato ante la escandalera que se formaría. En todos los encuentros con Amat, recuerda
Carmona, quiso hacerle entrega de papeles, documentos que Amat nunca aceptó
quedarse. Porque confiaba en la palabra del Abogado del Estado, el “amigo
Demetrio” que tantos y tan importantes cables profesionales le ha echado en
estos años.
-¿Cómo es el
expediente Demetrio?
-Si son dos folios
Gabriel, dos folios los que han escrito contra mí …
-Ah, si son dos
folios, mejor para ti… así que tu estate tranquilo.
Así tranquilizaba el poderoso jefe del PP en Almería a su
amigo el Abogado del Estado cuando le pedía ayuda, según recuerda ahora el
propio Carmona.
Evidentemente, en las conversaciones que les graban los
investigadores a todos ellos, especialmente a la trama organizada jerárquica y
militarmente, queda claro que el dinero mediante intentos de extorsión en
algunos casos, es el objetivo fundamental de todos ellos. El patrimonio de la
familia Carmona, también lo situaron en el punto de mira junto al de las demás
familias. Los retazos de conversaciones que utilizan los investigadores para
sustentar sus imputaciones, solo están referidas a los movimientos de la trama
en Almería y Málaga, no incorporándose ninguna conversación referida a otras
posibles actividades realizadas por el grupo en ese tiempo y en otros lugares.
Especialmente activos en el manejo de moneda, de divisas y en la
comercialización de un producto desconocido para el gran público: los bonos. Se
habla de millones de euros o dólares en bonos de origen diverso, comercio que
supuestamente pasaría por las manos del jefe de la banda y por su número dos
Nacho Flores.
Tampoco olvidan, como objetivo principal, los Dinares que
intenta comercializar el empresario Manuel Rodríguez Lozano, al que Carmona ha
localizado para presentarle a sus nuevos amigos de Madrid, interesados en canalizar
su venta.
Hacía meses que Demetrio y Manolo no se veían, desde la boda
de la hija de Rodríguez Lozano en agosto pasado, en su mansión de Aguadulce, a
la que Demetrio Carmona fue expresamente invitado por “Manolo, el del puro”
junto a una selecta concurrencia almeriense.
-Tres Reyes en
acción.
El 25 de enero, el núcleo duro de la banda, Nacho y Luismi,
con el Jefe Acedo al frente, tras haber ordenado a “los de Almería” que se apartasen del tema de los dinares, que a
partir de ahora aquello pasaba a ser un “asunto oficial”, citaron al
empresario en un hotel de carretera, frente a una gasolinera de Aguadulce.
Rodríguez acudió a la cita, pese a los avisos previos de Carmona para que no
fuese a la reunión y se apartara como había hecho él, incluso a través de un
familiar se le avisó de que no fuera, pero allí que se fue Rodríguez parece que
interesado en seguir con la operación, siendo aquel tomentoso encuentro el
detonante policial de la “Operación Tres
Reyes”.
Manolo, tuvo que sufrir aquella tarde, según cuenta en su
denuncia, una siniestra sesión de esas que solo se ven en las películas de
espías, mafiosos y ladrones. Quienes le pedían esa tarde 200 mil euros por “los gastos ocasionados”, tras irse al
traste la operación de venta de los billetes por negarse Rodríguez a realizar
la transacción en Suiza, le amenazaban con una tranquilidad pasmosa con meterle
en la cárcel ese mismo fin de semana; que tenían un juez en Málaga que
trabajaba para ellos y que no se le ocurrirse usar el teléfono porque se lo tenían
pinchado. Tres horas de plazo le dieron para pagar, sino irían a por él y a la
cárcel del tirón. Le acusaban de tener divisa extranjera “ilegal” y además
“robada”.
A partir de la denuncia de Rodríguez, formalizada dos días
después, el 27 de enero ante la GC, se desencadenan los acontecimientos y comienzan
los pinchazos telefónicos. Al cabo de tres días, el 30 de enero, se materializa
en el BOE el cese de Demetrio Eduardo Carmona del Barco como Jefe de la Abogacía
del Estado en Almería.
-Las placas y algo
más.
Solo desde la perspectiva de que los miembros de este grupo
son, han sido o colaboran con el CNI, pude comprenderse cómo todo un Abogado
del Estado – o un bregado Inspector de Trabajo- acaban confiando en todos ellos
y, en especial, en el capitán Acedo y en Josep
Abad, el conseguidor.
En las conversaciones mantenidas queda claro, no obstante,
que Abad reporta a Acedo como jefe y líder del grupo. También se evidencia que
no está muy contento con algunas prácticas de Nacho, número dos de la banda.
Analizando las conversaciones se comprueba claramente como
Demetrio Carmona empieza a sospechar demasiado tarde de que sean buenas las
intenciones de sus nuevos amigos del CNI. Como mal menor llegó a pensar en algún momento de que se
encontraba ante agentes corruptos, pero agentes al fin y al cabo. De igual manera actúan el resto de “los de
Almería” quienes mantienen el nivel de relación y aparente complicidad con la
banda y los dictados de su jefe. Dan muchas veces la sensación que forman parte
de la trama, que participan de ella, que trabajan para ella obedientemente, aunque también puede
deducirse que están pillados en un monumental embrollo y que deben seguir
pedaleando para no caerse de la bicicleta en la que se han montado.
También aparecen, como víctimas, los empresarios objetivo de
la banda de los cuatro, Antonio Subiela, Estanislao Berruezo y José Morales,
amén del mencionado Rodríguez Lozano propietario del papel moneda de Iraq,
comprado casi al peso en Jordania. Menos a este último que lo hizo de motu propio,
a todos los demás les van a buscar los investigadores para que contasen lo que
les estaba pasando con los nuevos y poderosos amigos madrileños de Demetrio
Carmona. Hay coincidencia general en las manifestaciones de las víctimas que
dicen estar siendo objeto de presiones, amenazas y chantajes, especialmente por
parte de Josep Abad, el hombre de
empresa, el conseguidor.
Leer las conversaciones de Abad con el empresario murciano
Antonio Subiela, mandatado por Carmona para resolver sus litigios societarios y
denuncias pendientes, muestran una panoplia de frases y lugares comunes que
podrían estar sacados de un comic de aventuras. Especialmente cuando sin
decirlo claramente, insinúa las represalias que vienen de camino por trabajar
él donde trabajaba, o sea el CNI, La Casa. O cuando le amenaza con la cárcel,
sin contemplaciones, porque él y su jefe así lo podían decidir por ser agentes
de la autoridad. Y todo eso le podía pasar al empresario por no pagar una
deuda.
-Carmona permitió
matonismo.
A la postre, estas situaciones amenazadoras, propias de
matones, se constata que conocidas y permitidas por Carmona, se convertirán en
el aspecto más censurable, desde el punto de vista ético al menos, en el
comportamiento del Abogado del Estado en esta aventura en la que sus
necesidades vitales y profesionales le metieron de lleno.
Pero Demetrio Carmona parece que, en esta historia, no ha
sido el único funcionario público que se tragó la supuesta militancia de la
banda en el CNI. También el Inspector de Trabajo malagueño aparece como víctima
de la suplantación de funciones de Acedo, en su presencia y ante su mesa de
funcionario de la Inspección de Trabajo. Le había facilitado
información reservada sobre un expediente en curso contra la empresa de uno de
los empresarios supuestamente extorsionados, José Morales, ( al que llaman “Moralón”) quien acabará confesando
haberse gastado entorno a los 400 mil euros con la banda en poco tiempo. Hasta
prostíbulos, dice que les llegó apagar. El mismo Morales que montó una sociedad
con el Jefe Acedo, el mismo que le montaría los despachos para la organización
en Toledo y en plena calle Larios de Málaga.
El Inspector de Trabajo confiesa que
creyó firmemente a alguien que se presentaba como capitán del Ejército, portaba
placa y carnet del CNI y que, además, decía colaborar en una investigación
importante con la Fiscalía en relación con la empresa por él inspeccionada. (En
ningún momento se dice de que importante investigación se trata)
-El Jefe.
A José Antonio Mateos Acedo, todos le llaman “El Jefe”. Josep le llama “Mi general”.
Se encuentra en prisión, junto a Abad, desde la detención de ambos. Cuando fue
detenido pidió que avisasen a su abogado, José Luis Santa Marta – se menciona
que abogado también de afectados de Afinsa y Fórum Filatélico- y a su última
esposa, que vive en Toledo. Su papel como director de orquesta es reconocido
por la investigación porque quedan en evidencia supuestas labores que realiza
Mateos Acedo asumiendo la personalidad y las funciones de capitán del Ejército,
adscrito al plantel de agentes de campo del CNI y como miembro de la “contrainteligencia” del Ejército, según
otra credencial que portaba cuando le detienen. Hombre resolutivo, con
capacidad de mando, es considerado el líder verdadero por todos los miembros
del grupo. Le admiran, su nombre, invocado como una especie de talismán o de
conjuro, siempre va unido a situaciones embarazosas o calientes. “Esto viene y lo arregla José Antonio” o
“Verás cuando José Antonio se entere”.
En el comportamiento que queda reflejado en las conversaciones,
los supuestos espías son metódicos y demuestran muchas veces un auténtico
desprecio por las leyes, presumiendo de impunidad, digno todo ello de ilustrar
un buen thriller cinematográfico, donde el fin siempre justifica los medios
empleados.
Mateos Acedo se prodiga poco en conversaciones con sus
adláteres a los que mantiene a pie de obra, tanto al brazo civil (Abad) como
“operativo” (Nacho). Son sus agentes de campo, lo controla todo, todos le
reportan puntualmente, a diario.
También pide dinero, como los demás. Posee otra vivienda en
Marbella donde vive su primera esposa, y su plan de vida parece alto. Pero hay
algo que sorprende y que, en cierta medida, les desmitifica a todos como
agentes secretos de cualquier servicio de inteligencia: están a la cuarta
pregunta, no tienen dinero, pelean hasta por 250 euros. Oyéndoles, sin embargo,
parece que manejan dinero, mucho dinero, pero no queda de momento claro a donde
va ese dinero, ni si ese dinero existe realmente.
-“Haz un esfuerzo”
suele ser la frase que siempre acompaña una petición de fondos en el ámbito de
una negociación.
Muchas de estas cantidades, según los que pagaban, lo eran
supuestamente para financiar la venta en Suiza de unos bonos mejicanos “blueberry”, muy cotizados, que podrían
estar valorados entorno a los 27 millones de euros. Una operación que iban a
desarrollar al mismo tiempo que la de los dinares de Manolo Rodríguez Lozano.
Pero este asunto de los bonos mejicanos, según parece una operación con todas
la bendiciones legales, no aparece en este sumario más que de refilón, aunque
tiene toda la pinta de que aparecerá más temprano que tarde, dada la posible
conectividad con algunos de sus autores.
En todo el hilo conductor, la actuación policial presta
especial esmero al seguimiento del Abogado del Estado, aunque a mitad del
sumario ya se le empieza a ver como a una víctima más de la trama. Se le
reprocha a Carmona en las valoraciones policiales que, dada su autoridad como
alto funcionario del Estado en Almería, hubiese otorgado credibilidad ante
terceros a unos presuntos delincuentes. Y era cierto, pero él empezaba a creer
que eran delincuentes, pero del CNI. Se nota al final como Demetrio empieza a
desconfiar y a rechazar operaciones – recibir 75.000 en vez de 400.000 que le
debe Subiela- que se pensaban repartir Abad y los demás sin que hubiese nada
pactado, a tenor de lo que se dice en las conversaciones. Pero hasta entonces
Carmona siempre confió ciegamente en que estaba tratando con funcionarios de
alto nivel del CNI o muy vinculados al Centro.
-Pero, ¿son o no son
del CNI?
Ciertamente ese, en cierta medida, podría ser el nudo
principal de esta historia. Cómo veteranos funcionarios y empresarios con los
colmillos retorcidos y años de experiencia en los negocios, se han tragado que
estaban negociando o tratando con supuestos funcionarios públicos, agentes de
la Autoridad, adscritos a la inteligencia española, según ellos mismos
confesaban.
La lectura del sumario arroja posibles respuestas a esta cuestión,
otra cosa es que los investigadores, la fiscal y la juez consideren que esas
respuestas son validas, con lo que atenuarían, en gran medida, determinados
comportamientos bastante incomprensibles.
En todos los interrogatorios de la GC se pregunta por el
asunto del CNI. Y en todas las respuesta, en todas, los interrogados reconocen
con distintas palabras o intensidad, implícita o explícitamente, quienes, de
una forma u otra, estarían vinculados con el Centro. Las manifestaciones
confirman que tanto Acedo y muy posiblemente Nacho, serían agentes de La Casa.
La segunda esposa de Acedo, interrogada
por la GC en Toledo, confiesa que su marido “es militar”, que no sabe su
destino pero que viaja mucho. En el registro de su domicilio marbellí se le
encuentra una funda de pistola y una caja de balas detonadoras. Ni rastro de la
pistola que el supuesto capitán mostraba a sus íntimos, tanto de uniforme como
cuando iba de paisano, según relatan varios testimonios.
-Los espías,
espiados.
Llama la atención que desde el 27 de enero que arranca
formalmente la investigación y seguimientos de la G.C., los supuestos espías,
tan habilidosos y capacitados para controlarlo y observarlo todo, no se enteren
de que están siendo grabados en sus conversaciones y fotografiados en sus movimientos
a lo largo de dos meses largos. A tres metros escasos llegó a estar un agente
en el Málaga Palacio, empapándose una reunión entera de los investigados y
elevando un informe escrito con el contenido de la misma.
Infinidad de fotografías aparecen en el sumario de todos
ellos, sin que en ninguna conversación se encuentre una sola referencia a que
pudiesen haber observado algún seguimiento a su alrededor.
Solo en una ocasión y parece que de broma, Josep Abad, muy avanzado ya el
seguimiento policial, alerta a Acedo de que tienen los teléfonos pinchados. Una
referencia más bien anecdótica, como cuando otro investigado confiesa que cada
tres minutos se le corta la llamada del móvil. “Lo debo tener tocado”, afirma
sin mucha convicción.
En definitiva, la impresión que se obtiene de lo instruido
por los investigadores de la GC de Almería, su acusación fundamental, es que
estamos ante una organización criminal organizada, jerarquizada, dedicada a cometer delitos de estafa y
extorsión a empresarios. Y que, por supuesto, no son del CNI. Si sustentan en
las diligencias que los investigados funcionan bajo un mando. Y en referencia a
“los de Almería”, que inicialmente aparecen
como colaboradores necesarios y activos, acaban sus actuaciones ligeramente difuminadas
muy al final al comprobarse como también eran objetivo económico de la banda,
aunque ellos mismos solitos se hubiesen metido en la boca del lobo.
-Pinchazos
telefónicos claves.
Se trata de unas diligencias, conviene remarcarlo, sustentadas
fundamentalmente en escuchas telefónicas, cuyas autorizaciones, durante la
instrucción preliminar a las detenciones, no ha escatimado Su Señoría a
petición de los guardias.
Mateos Acedo, del que el CNI ha dicho oficialmente que nada
tiene que ver con su plantilla, transmite en el contenido de sus diálogos una
gran seguridad en lo que dice a su interlocutor. Se le nota un tipo de
carácter. Con autoridad. Y se desconcierta cuando su gente no tiene previsto un
plan B, como parece que les ha sucedido ahora.
La banda también se había ocupado de una operación gestada
entorno a la Autoridad Portuaria de Almería. Concretamente con su presidenta,
la socialista Trinidad Cabeo. Las conversaciones y lo que en ellas se dice por
parte de los investigados, denotan que no fue un contacto breve, ni circunstancial
y de solo consulta con la Señora Cabeo. Las negociaciones para el traspaso del
bar de la Lonja del Puerto estuvieron muy avanzadas, fallando, al final, el
dinero de la fianza para el cierre de la operación que no llegó. Los
investigadores recuerdan, por si acaso, que Demetrio Carmona ocupa un puesto en
el staff del Puerto de Almería. En alguna conversación Carmona parece
intervenir ante la presidenta del Puerto a favor de las gestiones que lleva
Abad personalmente.
-Josep, un
conseguidor con placa.
José Abad Marcos es el brazo político de la banda. Dice uno
de ellos que le han sacado de Cataluña, que le han llevado a Mallorca, a
Madrid, a la Costa del Sol “y ahora aquí en Almería” e irá a donde se le diga.
Le salvan sus poderosos tentáculos en las alturas financieras y su capacidad
para envolver al del enfrente. También estuvo tres años en Rumanía, donde dicen
que maneja buenos contactos en el gobierno. Es el tipo de las relaciones en la
política y en las finanzas, le consideran “muy bocazas” y en su palabrería ven
sus compañeros de célula el punto más débil de Josep. En algunas ocasiones, mientras rodea a la víctima para
meterles el estoque de la comisión en euros, Abad saca pecho e insinúa en tono
peliculero y amenazador aquello de, Ud no sabe donde yo trabajo.
-“Ya, ya te enterarás
donde trabajo, ya te lo dirán sino haces un esfuerzo de buena voluntad” le
decía a uno de ellos. O bien, “ya verás
cuando te enseñe la placa, ¿me entiendes?, ya me presentaré a tí con la placa y
entonces sabrás quien soy”.
También llama la atención otra circunstancia que, en cierta
medida, da la razón a la tesis oficial de la instrucción de que estos elementos
detenidos no trabajan para la inteligencia española. No han aparecido armas.
Parece que estos singulares espías no usaban más que la palabra como arma para
acometer sus actuaciones, nada de pistolas, salvo una funda y “balas
detonantes” halladas. Pero eso, que se sepa, no es delito.
-Los papeles del
capitán
Sin embargo, tras la detención de Mateos Acedo, se le
interviene una serie de documentos que no dejan de resultar curiosos, aunque a
priori no parece que guarden relación directa con lo que se investiga en el
juzgado 1, antiguo Mixto 3 de Almería.
Por ejemplo, se le encuentra un motón de informes,
realizados por el mismo Inspector de Trabajo de Málaga, sobre empresas muy
conocidas : Casino de Torrequebrada, Hotel Alay S.A., Promociones Poniente Mar
S.A., Hotel Málaga Palacio, Drosol y Palia la Roca S.L. También se le incautan
abundantes documentos judiciales, como la copia de una querella contra el ex Jefe de la Ucrif, Extranjeros de
Málaga. O copia de una querella, con membrete del CNI, contra el propio
Inspector de Trabajo victima de su engaño, interpuesta por José Morales, el
socio y empresario extorsionado por casi 400 mil euros, según confesará Moralón a posteriori.
También se le encuentran numerosas copias de Autos
judiciales sobre distintos procedimientos, uno de ellos en la Audiencia Nacional.
Entre los papeles que se le intervienen uno que, de momento,
pasa desapercibido y parece que sin interés para estas actuaciones:
-“Un documento de
fecha 18 de noviembre de 2012 en que D José Antonio Mateos Acedo, con DNI
xxxxxx, cede en calidad de garantía a D. Antonio Cuevas Fernández, administrador
de la empresa Americobro S.L, un bono histórico mejicano fechado en 15 de
octubre de 1905 con número de Acción xxxxx y Título xxxxx, por valor de
21.000.000 de $, elevado el 11 de septiembre de 1907 a 30.000.000 $, firmado
por ambos y fotocopia del citado bono”.
A propósito de este asunto, parece que gestionado en Madrid,
hay gente perjudicada que dice que quiere recuperar lo suyo. Hay una persona
que dice haber querido testificar en Almería en este sumario y aún no se lo han
permitido. De ser cierto cuanto se asegura respecto de la aparición de un nuevo
testigo, mencionado en el sumario en una ocasión, parece que quiere aportar
datos que servirían para conocer aspectos ocultos hasta ahora de los encartados
en la operación Tres Reyes. Especialmente los relacionados con los importantes
contactos de Acedo.
-“No respondo a esa
pregunta”
A José Antonio le preguntan tras ser detenido si la
documentación del CNI incautada es verdadera o falsa, contestando ante los
guardias civiles con una respuesta típica del manual del buen espía: “No respondo a esa pregunta”.
Tan solo reconoció que hace más de un año “sí vestí uniforme
militar”. Numerosos testigos implicados confesarán en la Causa que le han visto
en numerosas ocasiones con su uniforme de capitán de los COES “y no parecía falso”· dice uno de ellos.
Cuando detienen a Ignacio (Nacho) Francisco Flores Bernabeu,
y a Luismi Graña Gómez, brazos
operativos de Acedo en el teatro de operaciones almeriense, tanto uno como el
otro dejan claro sin decirlo de quién dependen. Fue tras la pregunta de rigor
sobre a quién se avisaba de sus detenciones. Flores dijo que a José Antonio y
Luismi que avisasen a Nacho Flores. Por
cierto, todos estaban detenidos y no conocieron las detenciones respectivas
hasta encontrarse en los calabozos de la Comandancia. Josep Abad no pidió que se avisase a nadie. El empresario catalán pasó
mucho miedo en las horas previas a su detención. Se ocultó esa noche en casa de
Demetrio, llamando a la limpiadora de su casa para que echase un vistazo por si
había algún coche en la calle. El
Almirante sabía que algo malo pasaría con aquellos locos con placas de espías,
especialmente con Nacho. Se inquietó muchísimo cuando supo que el primer
detenido no había sido Nacho, sino José Antonio.
-Denegada la
libertad.
Hace dos días, el miércoles pasado, la juez instructora, ha
denegado la puesta en libertad de Josep
Abad Marcos y de José Antonio Mateos Acedo. Según fuentes conocedoras del Auto,
la magistrada considera que dejarles en libertad supondría un posible peligro
para las víctimas supuestamente extorsionadas que han declarado contra ellos en
este procedimiento.
Es evidente que faltan capítulos por escribir de este
culebrón judicial, político y económico que azota nuevamente los bajos fondos
de Andalucía en Almería. Evidentemente faltan datos, confirmaciones,
declaraciones, alegaciones, explicaciones lógicas a esta película de espías,
pero sobre todo falta conocer la verdad, toda la verdad y nada más que la
verdad.
Por ejemplo conocer fehacientemente, con documentos del
Ministerio de Defensa, que José Antonio Mateos Acedo no es un funcionario
público con importantes responsabilidades en el Ejercito y en la inteligencia
española, tal y como queda evidenciado en muchas declaraciones del sumario.
Confirmar eso parece que es una información vital para que la Justicia pueda
cumplir con su función y, en cierta medida, se aclare algo más este monumental
lío.
Por otra parte en solo unos días se espera que se avance en
la clarificación de los contactos políticos mantenidos por los imputados con
autoridades de Almería. Gabriel Amat se espera que responda a IU en el pleno de
la Diputación de final de mes donde le han preguntado por escrito. En el Senado
se espera respuesta del gobierno a la pregunta del senador Socialista Juan
Carlos Pérez Navas a cuenta del sub delegado del Gobierno y sus reuniones con
algunos imputados.
Mientras todo eso sucede, aterrizan por Almería personas
vinculadas al grupo con intereses diversos. Apoyos discretos y damnificados
inquietos. Todos se marchan convencidos de que en pocos días, Acedo y Abad,
saldrán por la puerta principal de El Acebuche.
Como ven quedan aún muchas preguntas en el aire.
Nota del autor:
Como comprenderá el lector que ha sido
capaz de llegar hasta aquí, este asunto es complejo dada la maraña de
personajes y situaciones fuera o en el borde de la Ley. Precisamente por esta
razón queda abierto, como siempre, el canal de comentarios para que cualquier
dato o circunstancia que deba ser modificada o corregida se aporte. También
valen opiniones. Tengo por norma publicar todos los mensajes que llegan, salvo
que resulten ofensivos para la dignidad de las personas. El único interés que
me guía, como siempre, es aportar información veraz a mis lectores,
especialmente si esa información no gusta a los poderosos y pretenden
ocultarla. Y a veces hasta lo consiguen. Creo que este es uno de esos casos.
Gracias.
P.F.
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