miércoles, 25 de abril de 2012

EN PRISIÓN EL PRIMER EX CONSEJERO DE LA JUNTA DE ANDALUCIA


El arranque de la Feria de Abril de Sevilla ha sido algo así como un manto que ha ocultado lentamente una gran pesadilla política y personal del ciudadano Antonio Fernández. La imaginaria pirámide de los EREs de la que sospecha la Magistrada Alaya, ha empezado a resentirse por una de sus tres esquinas básicas. Encarcelado de madrugada por la juez Mercedes Alaya tras hacer caso a la Fiscalía Anticorrupción y a los abogados del PP y del sindicato ultraderechista Manos Limpias, Fernandez fue llevado a una celda aislada de Sevilla 2. 
El PSOE acababa de ofrecer su primer gran sacrificio a la regeneración de la vida pública. Nunca antes ningún consejero de la Junta sufrió en carne propia la pena de cárcel por haber gobernado una Consejería del ejecutivo autonómico. Claro que la decisión de meterle en prisión vino a evidenciar, aún más, como se juzga de forma diferente según los colores de la política circundante. Jaume Matas, por ejemplo, está condenado en firme y anda suelto por las calles y con una veintena de procedimientos abiertos por la Justicia Balear. Fernandez ha cometido seis delitos, supuestamente, frente a los veinte del ex presidente y ex ministro de Jose Maria Aznar. Y así son las cosas, dependiendo del ardor judicial que cada magistrado ponga en los asuntos que toque.
Una circunstancia, la de Matas, que ha bajado decibelios a las manifestaciones del PP tras el decreto de prisión provisional de Fernandez. A IU se le ha puesto cara de responsables gobernantes, midiendo muy bien las palabras, sin salirse de la coherencia y el pragmatismo con sus socios. En el PSOE el luto va por barrios. Gaspar Zarrías ha sido el único en salir a dar la cara por el pobre Antonio.
Aquella madrugada del lunes al martes del pescaíto sevillano, y en un gesto que el destino politico recuerda que no está mal pensado poner sobre la mesa de IU el cadáver calentito de un alto cargo de la familia del novio, para que sepan con quien se van a juntar en el futuro Consejo de Gobierno, pero sobre todo para que lo sepan los 6000 militantes de base con derecho a votar el mismo día 24, con Fernandez de cuerpo presente y noqueado en prisión. Porra dentro o porra fuera, esa es la cuestión. Al final, visto el resultado parece que todo fue una coincidencia ya que no ha influido para nada en el abultado apoyo, casi a la búlgara, del gobierno de coalición. A pesar de Sanchez Gordillo y sus mariachis de la revolución eternamente pendiente fuera de los limites de Marinaleda, primera República Independiente  de mi casa.
Como tuvo que ser la derrota moral de quien, tras mantenerse enrocado en las tesis de su defensa 40 horas, concluyó en el minuto final preguntándose, lacónicamente ante el fiscal que le iba a mandar a prisión, cómo podría haber evitado él todo aquel desmadre del que ha sabido en estos cuatro días de interrogatorio.
“A ANTONIO LO HAN METIO PA DENTRO”
Aquella fue una madrugada de alta tensión, donde los móviles sonaron al amanecer con la inquietante noticia:
-A Antonio, Alaya lo ha mandado pa dentro…
La frase fatídica resumía la angustia acumulada durante cuatro días al conocer, casi en directo, un interrogatorio que no tienen mucho que envidiar a los policiales en lejanos periodos pre constitucionales. Jamás ningún tribunal Constitucional iba a avalar que un instructor acorralara a un imputado y le negase, incluso, el derecho a mentir para defenderse.
“Esta señora se ha cebado contra Antonio Fernandez, sabe donde hace daño y , sobre todo, cómo hacer daño”.
“¡Mira que acusarle de haber barrido para su pueblo, el marco de Jerez, en las inversiones siendo Consejero! A cuanto político habría que meter pa dentro en este país, en los últimos treinta años, por ese mismo motivo”, asegura un miembro del gobierno Griñán.
A media mañana del martes, Lorenzo del Río, el presidente del TSJA, ya había recibido algunas llamadas en su celular, a titulo muy personal, preocupándose por la situación procesal del ex consejero y, sobre todo, por las circunstancias que han rodeado esta imputación que se produjo 14 meses atrás. Algo increíble y surrealista. Nadie entendía cómo se puede pensar en destrucción de pruebas por parte de quien ha tenido más de un año para hacerlo y no lo ha hecho, de lo contrario Alaya se hubiese enterado.
Alaya en su Auto parece que habla mucho de situaciones y hechos indiciarios  y aporta pocas prueba de cuanto sostiene en su acusación, al alimón con los fiscales y el PP.
Ayer muchos socialistas se preguntaban por qué el abogado de Antonio Fernández, - el mismo que utilizó Chaves contra El Mundo de Andalucía- no hizo valer los derechos de su defendido ante una juez subida de tono y , por lo que parece, pasándose cinco pueblos en las formas de obtener una verdad judicial en un interrogatorio.
Con Fernández en prisión qué duda cabe que a Griñan se le abre un nuevo punto de explosión en su complejo momento político. Por ejemplo a la hora de negociar nombres con IU. Una operación nada baladí porque algunos de los barajados por IU para consejeros, puede llevar la etiqueta caducada y generar un problema a medio camino. Máxime en una legislatura donde se va a poner a prueba la famosa tolerancia cero contra la corrupción por parte de IU. 
Griñan sabe, también, que dependiendo cuantas consejerías recorte, mayor será el porcentaje que controle IU. Así que si recorta tres y las deja en diez, a IU tiene que darle cuatro- vicepresidencia y tres consejerías- de tal forma que el PSOE pasaría a controlar de facto el 60% del ejecutivo de la Junta. Uyyy...Muy lejos del alcanzado con el PA a cambio de dos consejerías desde el 96 al 2000.
Fuera del control del presidente en funciones están las andanadas sistemáticas que llegan desde Madrid al bipartito, vía Montoro a cuenta de la linea roja del déficit. Todos rezan para que Europa certifique las cuentas de Martinez Aguayo, de coincidir seria un clavo ardiendo en la encarnizada batalla por el control del déficit. Es evidente que el único objetivo de este lance es devaluar la credibilidad del adversario y dar la nota ante los Mercados.
Y ahora, para colmo, Antonio Fernandez en prisión. Un hecho, al margen del drama personal y familiar, que analizado desde la perspectiva política saca al escenario nuevamente a la vieja guardia pretoriana de Chaves. Fernandez fue cuota gaditana en el gobierno. Como una especie de “fuenteovejuna” en el que, uno a uno, irán desfilando para proclamar que ellos también estaban allí, dentro de la legalidad del sistema por ellos creado al amparo de la Ley. Y, de paso, alguno recordará que en el reparto de los poderes del Estado el Poder Judicial no es quien para cuestionar las leyes o normas que redacta el legislativo. Se avecina trabajo para el muy atascado T. Constitucional.
Los socialistas saben que la pesadilla de los EREs no ha terminado. Más bien al contrario, acaba de empezar por la parte políticamente más mollar del monumental embrollo.
Sigo pensando que la creación de una Comisión de Investigación, auspiciada en tiempo y forma ante el Parlamento por el bipartito, no se puede convertir en un pariré de Comisión. IU se juega mucho en este envite, su credibilidad - escasa en Andalucía , por cierto- en los asuntos de corrupción. A nadie se le escapa que muchos votos emigrados del PSOE a IU lo han hecho precisamente por eso, para cortar el chorreo de la corrupción, para impulsar una necesaria regeneración en la izquierda. Por tanto, creo que se equivocan quienes consideran que IU, al calor de los mullidos sillones de San Telmo, hará la vista gorda y propiciará una faena de aliño en una operación que, en círculos socialistas, empieza a verse como una vía muy didáctica para intentar demostrar la parcialidad de la actuación judicial en el caso de los EREs. En definitiva una Comisión para frenar los ímpetus de la investigación Alaya.

2 comentarios:

Pepe Fernandez dijo...

Javier Caraballo en El MUndo ha escrito:


La juez de porcelana


De porcelana parece hecha la juez de los ERE, como supo ver bien Antonio Soler. Porque también él se quedaría atrapado en esa imagen congelada de la juez Alaya llegando a los juzgados, hierática, inexpresiva, misteriosa, abriéndose camino con la mirada firme, el gesto serio, sin concesiones de los labios, ni los ojos; la extraña capacidad de mantener la misma cara en las cientos de fotos que le han hecho llegando a los juzgados. Sólo cambia el vestido, hoy azul, mañana blanco, otro día negro o rojo, pero siempre, indefectiblemente, la misma expresión y la misma compostura, un bolso grande en una mano, un troyller en la otra, arrastrando secretos y sumarios. El cuerpo erguido, el camino recto que no se detiene un instante ni existe previsión alguna que nadie pueda alterarlo. La juez de porcelana, “misteriosa y cabalística,/ puede dar celos a Diana/ con su faz de porcelana/ de una blancura eucarística”, que parece que los versos de Rubén Darío estaban esperando la estampa de esa mujer a la puerta de los juzgados.

Y será que esa puesta en escena, fría y distante, de porcelana, está calculada por la juez para acojonar aún más a los procesados, cuando lleguen a su despacho y la vean allí, en su mesa de despacho, disparando preguntas, sin horas, ni días, ni descanso. En ninguno de los casos de corrupción que se recuerdan en España se ha dado un interrogatorio como el que comenzó el viernes pasado del ex consejero de Empleo, Antonio Fernández, lo que nos devuelve otra vez a la inquietud primera sobre la forma de llevar la instrucción de la juez Alaya, si esta manera suya de actuar es conveniente para el objetivo final de todo proceso judicial, que es el de sentar a los procesados en un juicio y que sean condenados por los hechos cometidos. ¿Una instrucción así, que ha demorado más de un año la declaración y la cárcel de los principales imputados, clarifica o complica la investigación? A favor de la juez Alaya podría justificarse hoy que si ha esperado tanto tiempo para llamar a declarar al ex consejero Fernández ha sido porque ha estado preparando minuciosamente un interrogatorio demoledor, preciso y riguroso. Arrollador, como el que hemos visto. Porque lo que nadie pone en duda es la capacidad de trabajo de la juez Alaya, y ha esperado hasta tener en su mano el mayor número de pruebas posibles y conocer, igual o más que los miembros del Gobierno andaluz, sobre el funcionamiento de la Junta de Andalucía y del reparto de las subvenciones del fondo de reptiles.

Pepe Fernandez dijo...

El problema que se vislumbra es que una actuación profesional así, tan profunda, tan exhaustiva, llevan a la juez Alaya a una implicación personal que puede salirse de lo establecido, de lo legalmente establecido en la Ley de Enjuiciamiento Criminal en cuanto a la distancia que todo juez debe mantener con los procesados y con el procedimiento mismo. Quiere decirse que lo que no es normal, ni adecuado para el proceso, es que la jueza discuta y reprenda a los imputados, como ha ocurrido en este caso. “Asuma al menos la responsabilidad que le corresponde como consejero (…) Si quiere, se acoge a su derecho a no declarar, pero no se ande por las ramas. Contésteme a la pregunta", como le reprendió, al parecer, al ex consejero Fernández durante el maratoniano interrogatorio que le tenía preparado. ¿Qué asuma su responsabilidad? ¿Cómo entender que la jueza se pronuncie en esos términos, más propios del debate parlamentario que del judicial? Y es ahí, en ese punto, donde el interrogatorio del ex consejero Fernández se conecta con la preocupación de siempre: Esperemos que en el futuro, cuando este inmenso proceso judicial llegue a la fase final, los excesos de la instrucción no echen por tierra el mayor escándalo en el uso de fondos públicos que se ha conocido y que la propia jueza Alaya ha levantado con minuciosidad y tesón. Entre tanto, seguiremos escrutando la imagen congelada de esa mujer, la juez de porcelana que cuelga el hieratismo en la percha de su despacho, como una máscara veneciana."

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