GÓNGORA SE PONE EL TRAJE DE ALCALDE DE EL EJIDO

Creo que la fecha del 29 de julio pasará como un día importante en la biografía política y personal, en la historia del joven candidato del PP a la alcaldía de El Ejido, Francisco Góngora. Ha dado un paso valiente, comprometido y parecía que necesario en términos políticos. En efecto, en medio del marasmo que invade su pueblo a cuenta de la Operación Poniente y sus alcaldes imputados, ha cogido un atril, la gaviota y se ha plantado en la Plaza Mayor, bajo el soleado balcón del despacho ocupado por el ex preso Juan Enciso y ha convocado a los medios, a todos, y ha hablado claro y alto. Primer acierto, la elección del escenario ante quien, decían, estaba deseando salir de la cárcel para defenderse de los ataques a su presunción de inocencia. Aún no ha abierto la boca para hablar de "como va lo suyo" con la Juez y el Fiscal y lleva en libertad 14 dias. Por cierto, ha llamado la atención leer a la defensa jurídica de Pepe Alemán proclamar que su cliente no abrirá el ventilador. Ah, ¿pero hay ventilador que poner en marcha?

(Permítanme un paréntesis colateral: entre los personajes que pululan por este escenario de la Operación Poniente -y lo que cuelga- , se están empezando a ver últimamente muchas caras de preocupación, a mucho y variopinto candidato a consumir ansiolíticos para dormir por las noches. Pero no creo que sea por el sumario, porque sigue estando secreto aunque, dicen, que ya está digitalizado, para que no pase lo de marzo, aquel enorme retraso en la entrega a las partes. ¿Renovará la juez el secreto del dia 4? Umm.

Góngora se ha vestido hoy, por vez primera, como alcalde de El Ejido que quiere ser, entiéndase, ha demostrado públicamente cual va a ser su actitud política de futuro, su hoja de ruta por la regeneración que empieza a pedir la sociedad tras lo que ha sucedido y manchado a su pueblo. El candidato ha adquirido hoy un gran compromiso con sus paisanos: máximo respeto a los impuestos de los ciudadanos y transparencia en la gestión del municipio.

Pero “Paquito” Góngora, un chico listo y de pueblo, ha redondeado su faena colocando contra las cuerdas al PSOE, con un margen muy escaso esta vez para que el hábil Manolo García Quero, el ideólogo local y secretario, al que tutela y supervisa Juan Antonio Segura Vizcaíno, se intente escabullir nuevamente, como cuando los reiterados intentos por disolver el ayuntamiento en estos meses, solicitado por todos menos por el PSOE y el PAL.

Esta vez Paco Góngora, tras hablar claro y alto sobre la indignidad democrática que supone la ocupación de la alcaldía de El Ejido por una persona en libertad bajo altísimas fianza y cautelas, acusada de gravísimos delitos en un cargo público, no le pidió al PSOE disolución del ayuntamiento. Esta vez le hizo una oferta que a los socialistas les resultará complicado justificar su rechazo. Acogerse al artículo 49 de la Ley de Bases de Régimen Local, que contempla la posibilidad de que las tres cuartas partes de los concejales pueden solicitar hasta tres plenos extraordinarios anuales para debatir cualquier asunto de interés general. Este año aún no se ha celebrado ninguno. La propuesta en cuestión consiste en solicitar la celebración de esos tres cónclaves municipales de aquí a fin de año, con un único objetivo: que el pueblo conozca qué responsabilidades políticas existen en la corporación municipal, tras la Operación Poniente y donde han ido los dineros que faltan en la caja del Ayuntamiento de El Ejido.

Tres concejales tendría que aportar el PSOE para solicitarlo formalmente, si comparte la decisión del candidato del PP en favor del debate y la transparencia en el manejo de los intereses generales de los ejidenses. Esa es la bomba de relojería que Góngora le ha dejado a los socialistas de su pueblo, a las mismas puertas de su grupo municipal esta mañana. Las miradas, ahora, se tornan sobre la portavoz socialista Guadalupe Fernández quien de un tiempo a esta parte ha elevado el tono de la critica hacia los que fueros sus “socios” en Diputación, especialmente tras recuperar Enciso la alcaldía al salir de la cárcel. También se mira al estratega del PAL, Pepe Añéz, que si tan seguro está de la inocencia de la peña tiene una magnificar oportunidad para mancharle el traje nuevo de alcalde a Paco Góngora, prestándole tres concejales de su desanimada mayoría.

Me aseguran que Góngora ha actuado con criterio propio, “sin que Sevilla se lo diga o le dirija”, más mérito tiene pues la comparecencia de hoy si ha sido a propia iniciativa. Además, un hombre que da un paso como el de ésta mañana, bajo el sol y a cara descubierta ante cámaras y micrófonos, debe de tener la conciencia tranquila y los bolsillos de cristal, a pesar de tantas y tan soterradas amenazas con supuestos dossieres sobre su pasado. ¡Qué pasado puede tener un tipo de mi edad!, se preguntaba no hace mucho. Se los podían haber enseñado desde el balcón de la alcaldía esta mañana, pero no lo han hecho. Góngora, además, ha tenido la gran habilidad de hablar en un muy oportuno momento, pasado San Isidro y sus fiestas y en medio de un extraño compás de espera con mucha tensión ambiental, antes de que se levante el hasta ahora hermético secreto del gran sumario del Poniente.

Esta vez el PSOE tiene difícil justificar que no presta tres concejales para que se abra el debate, se lave la ropa municipal y corra el aire en el núcleo urbano, como suele suceder entre los invernaderos, esos invernaderos a los que algún “listo/a” de la Junta les ha subido los impuestos como si la parcela estuviese en Marbella... que esa es otra.