Como si se tratara de una campaña institucional allí
estaban todos. Todos contra el fuego. O
mejor, retratándose ante un ´Photocall´ -fondo de paisaje
chamuscado y con humo- con la Sierra de Gádor ardiendo sin parar. Una imagen, que
vale más
que mil palabras, y que resume gráficamente el momento político
en el que los dos grandes partidos tienen sumida a la provincia de Almería.
Se hizo la foto en el ecuador de los tres largos días que duró
el grave incendio que arrasó 3.400 hectáreas de matorral y
pinar de unos de los parajes más señeros y queridos por los almerienses.
Y, según
parece, todo por culpa de un cable de alta tensión, jaleado por un vendaval, maldito
aliado de la chispa inicial.
Todo tal cual sucede en la política de esta provincia, donde la alta
tensión
judicial, casi al mismo tiempo que ardía Gádor,
ha ido soltando chispas por varios puntos, aunque parece que estas otras
no necesitarán la ayuda del viento para arrasar numerosas biografías
y sus respectivas trayectorias políticas.
Pero volvamos a la foto, a la imagen institucional que, con
toda celeridad, la clase política hizo circular desde los gabinetes
de comunicación y propaganda. Una foto para la moderna historia de Almería
donde, situados ante la cámara, se colocaron siete altos
dignatarios de forma conveniente y políticamente correcta. A la derecha tres
del PP y a la izquierda cuatro del PSOE. Aunque, bien mirado, en el final
impreso, los lectores puedan quedar confundidos porque aparecen justo al revés.
Los de izquierdas a la derecha y los de derechas a la izquierda.
Así, a la siniestra de
todos, muy destacado, el vicepresidente de la Diputación Javier Aureliano
García,
sacando pecho y con una incomprensible sonrisa, es el menos abrigado de todos
con jersey y camisa azul. A su lado
Gabriel Amat, con su amplia chaqueta amarronada, muy usada en el actual curso
político,
con la mirada perdida en el horizonte. Inmediatamente después
Carmen Crespo, la delegada del Gobierno, a la que la cámara no hace
justicia en esta ocasión. A su lado aparece la Consejera de Medio Ambiente, María
Jesús
Serrano, pensativa, quizás preguntándose para sí la motivación
real de tan singular e increíble posado fotográfico.
A su lado la Delegada del Gobierno de la Junta, Sonia Ferrer, que no mira el
objetivo, parece que incómoda y con la intención de pasar desapercibida.
Inmediatamente después, con llamativo chaquetón rojo deportivo y bufanda floreada,
José
Luis Sánchez
Teruel, el único de los retratados con pinta de intruso, salvo que su
presencia obedezca a su acta de diputado, no como Secretario General del PSOE
desde luego. Y finalmente, casi descolgado de la foto, otro cargo público
con media sonrisa, el delegado de Agricultura
José Manuel Ortiz Bono, el hombre que teme otro incendio por la
Alpujarra, sector ADR.
Esta no sería la única sesión fotográfica
de ilustres políticos en los montes calcinados de Gádor, mientras
decenas de hombres luchaban a cierta distancia contra las llamas y el viento.
También
llevaron después los populares a Juanma Moreno Bonilla, el jefe de la
oposición
a Susana Díaz, quizás el único justificado ya que se está
dando a conocer, sea ante un desastre natural como este o bien ante una cofradía
de cualquier punto de Andalucía.
Pero el incendio político, como apunté,
no estaba en las montañas de Gádor
sino mucho más abajo. En Almería, en Roquetas, en El Ejido...
Varias decisiones de jueces y fiscales, en esa primavera judicial que resurge, han copado durante
la semana espacios informativos destacados en la actualidad almeriense. Y no
solo judiciales, también chispazos políticos orgánicos, como el del
lunes en Roquetas a consecuencia del plantón que el Secretario General del PSOE,
Sánchez
Teruel, dio al acto de constitución de la nueva Agrupación
Municipal socialista. Plantón y ausencia que sirvió
para confirmar a muchos militantes que era cierta la afirmación
a él
atribuida de que el proceso de cese y renovación de la ejecutiva local había
sido un "golpe de estado, con los estatutos en la mano".
Pero no sería ese el único incendio a
sofocar por los socialistas. El denominado ´Caso Facturas´ arrojó
un auto - adelantado en exclusiva por Ideal-
con una decena de nuevos imputados y con una treintena de personas que
se sabe que entrarán como testigos, aunque se desconoce si todos abandonarán
el juzgado en las mismas condiciones jurídicas. Entre estos últimos
el expresidente socialista de la Diputación, Juan Carlos Usero, así
como Antonio Cantón Góngora, el hombre que pudo haber sido (alcaldable) y no fue
porque Nono Amate lo liquidó como tal de los planes de Martín
Soler.
El ´Caso Facturas´, denunciado en su día
por Javier Aureliano García, coge cuerpo y velocidad en el
juzgado Nº 6 en la búsqueda de casi medio millón
de euros supuestamente malversados. Mientras, también en sede judicial
y a instancias de Fiscalía, otro caso similar, el denominado ´Caso Facturas de MCS´,
sigue esperando que se mueva la instrucción con casi cuatro millones pagados
también
de forma irregular, con documentos mercantiles falsificados y fuera del control
legal.
Públicamente los socialistas no han movido una pestaña,
expectantes a ver en que acaba todo, pero a nadie se le escapa que tanto un
caso como otro servirán para poner en evidencia una muy cuestionable gestión
de los fondos públicos de la mano del PSOE y el PAL en la Diputación
de Almería.
Privadamente solo se oye esta frase: "el que la haya hecho, que lo
pague".
Y para colmo, vuelve a escena El Algarrobico, con una
sorprendente sentencia del TSJA que lo bendice urbanísticamente
permitiendo, ante el escándalo, que aflore el rosario de irregularidades que las
administraciones socialistas han permitido en el Cabo de Gata durante décadas.
A este paso una docena más de politólogos le van a faltar a Teruel para
recuperar la credibilidad y la deteriorada imagen del partido.
Mientras tanto, en un juzgado de Roquetas, se sigue acumulando
material inflamable suficiente como para que, más temprano que tarde, la política
urbanística
de Gabriel Amat convierta Roquetas en algo parecido a Valencia por Fallas. Esta
semana declararon técnicos municipales de dicho departamento, uno de ellos el
responsable de licencias y disciplina, el exconcejal Nicolás
Moreno Pimentel, en calidad de imputado. Dos anotaciones a remarcar de dicho
suceso jurídico. Por un lado la presencia física preguntando
por vez primera en el ´Caso de la Fabriquilla´ del Ministerio Fiscal. Por otra la
enorme cantidad de respuestas evasivas y lo que se interpreta como echar el
mochuelo a otros funcionarios del entramado urbanístico. Y en espera, recuérdese,
la petición de Fiscalía de imputación de Gabriel Amat y
su gobierno.
Y por si faltaba gasolina, la Audiencia Provincial mediante un
auto, devolvía a la luz de la
instrucción judicial un presunto mangazo fiscal - entorno a 600 mil
euros- del alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, y su familia en una extraña operación urbanística
donde también existiría delito de tráfico de
influencias. Gobernaba Juan Enciso y su delfín entonces, Góngora, se ocupaba
del urbanismo. El escándalo, denunciado con documentos en 2011 por el PAL, fue
taponado mediáticamente por el PP, pero el PAL lo llevaría
al juzgado que lo archivó. Ahora, la Audiencia, le enmienda la plana a la jueza de El
Ejido y la obliga a instruir para perseguir los posibles delitos. El edil popular
se salva de otros delitos por haber prescrito. Góngora, que tanto habló de ética y de estética
cuando era candidato del PP, se ha defendido desmintiendo como siempre hizo en
este tema y ni por asomo piensa en la dimisión.
El incendio de Gádor solo duró tres días.
Estos otros incendios prometen durar hasta que concluya la campaña
de las municipales del próximo año. A ver, entonces, quiénes
salen en la foto de familia.
LA CUAJADERA
MARTÍN SOLER
El pasado jueves, en el marco de unas jornadas organizadas en Málaga
por la "Fundación Manuel Alcántara", junto al Maestro de
periodistas, acudimos los ponentes de dicho congreso a un almuerzo en una conocida marisquería
del puerto. Entre otros destacaban las figuras de Luis del Olmo, Iñaki
Gabilondo, Carlos Herrera, Ernesto Saénz de Buruaga y Pepa Bueno, junto a
otros destacados profesionales de la radio y la prensa española.
Y allí, en una de las
mesas, redonda por más señas, hallamos al exconsejero Martín Soler almorzando
con tres personas más. Algunos, los que conocíamos al exdirigente socialista
almeriense, le saludamos cordial y protocolariamente. Pero cual no sería
nuestra sorpresa al descubrir la personalidad de uno de sus comensales:
Francisco Marcos, director de la Agencia de detectives ´Método 3´,
a la que Alicia Sánchez Camacho (PP) le encargó en su día que grabase su almuerzo con la ex
novia de Jordi Pujol y que tanta polvareda política levantó en Cataluña.
Soler tan solo explicó que se trataba de un encuentro
profesional, relacionado con la empresa para la que trabaja actualmente en el
sector privado.